lunes, 17 de julio de 2006

Diario de Viaje - Glaciares 06

A continuación, fragmento del diario del viaje realizado en Febrero del 2006 con la Srita. Gandolfi a la Patagonia Argentina. Destinos: Calafate, El Chaltén, Río Gallegos y Ushuaia. del 28/1 al 13/2

Domingo 29 de Enero de 2006:

Hoy no madrugamos; descansamos de los viajes de ayer (Bs. As - Calafate vía aérea, Calafate - El Chaltén vía terrestre), sobre todo yo, que en la previa al avión dormí sólo 3hs. Arrancamos a eso de las 10 y fuimos a desayunar. Después del café y las tostadas estuvimos preguntándole a una de las chicas de administración qué actividades podíamos hacer en nuestra estadía en este diminuto, pero no por eso menos imponente, pueblo patagónico. Al finalizar la mini-presentación de las opciones disponibles, fuimos a ver qué comíamos, lo cual culminó con unos sandwiches de paleta ("es más barata") y queso; uno per cápita, con sabor a poco. No había hambre. Por la hora que era, la Laguna Torre aparecía como el mejor destino. Me olvidé de decir que después del desayuno también fuimos hasta una de las "sucursales" de Parques Nacionales donde explican las características de la zona, igual que la chica del hostel.
En fin, tomamos el camino a la Laguna anteriormente citada alrededor de las 14. Según nos comentaron al volver, entre la ida y la vuelta, las 6hs de camino se reparten en 22 kms de caminata. Un camino bastante interesante con el Cerro Torre de fondo constantemente para terminar en la Laguna con una excelente postal, con base del glaciar incluído. Estuvimos volviendo a eso de las 20:30, merienda mediante en el mirador durante 20 min. de mate, café con leche y galletitas. Durante la vuelta vimos algunas liebres correteando por los senderos, con foto y todo.
Viendo qué y dónde cenaremos, arreglamos para mañana a las 10 hs un taxi, que nos faja por $20 (casi un peso por minuto hasta la Hostería del Pilar) hasta un punto donde empezamos a caminar. Destino: la Laguna de los Tres. Hablan de que el tramo final es empinado. Vamos a ver qué tanto.

Lunes 30 de enero de 2006:

Las 9 am fue el horario para levantarse. Nos tomamos el desayuno con tostadas y a las 10 el guaso del transfer estaba con su 4x4 para llevarnos hasta la Hostería del Pilar (sí, la 4x4 es el taxi del que les hablé) y así ahorrarnos 15 km de camino en subida. 10:30 ya estábamos en camino. Algo así como a los 5 minutos de caminar, nos cruzamos con una señora grande y sus tres hijas cuarentonas. La abuela arrastra 82 primaveras y caminando 4 hs por la montaña, muy grosa. Para colmo, nos contaron que se había caído recién y se había golpeado la cabeza contra una piedra (se dice que con una caída te "comprás el camino") y le sangraba la cabeza. Andrea tenía mertheolate en la mochila, por lo cual le ofreció ponerle un poco si no se quejaba y así fue. Después de saludarnos, seguimos camino arriba. La primera parada fue para almorzar; justo en el Glaciar Piedras Blancas; más precisamente en el mirador frente a él. Estuvimos alrededor de 15' ahí. Luego de las fotos de rigor y de disfrutar eso, más adelante llegamos a un mirador tipo descampado. ES-PEC-TA-CU-LAR.
Con un poco tiempo más de caminar, ya pasado el mediodía, pasamos al campamento Poincenot, empalmando el camino normal hacia la Laguna de los Tres. Yo ya no podía conmigo, asi que hice una parada en la letrina, justo detrás de un europeo que venía flojo de intestino. Vaya suerte. En fin, con la vejiga vacía, seguimos camino. Atravesamos el campamento, un arroyo y un puente; y enfrentábamos la parte más complicada del camino, un fuerte y prolongado ascenso hacia la Laguna. Se fue complicando cuanto más avanzábamos, y con igual dificultad se acrecentaba la inclinación. Andrea ya estaba muy cansada y acalorada, yo venía muy bien, quizás mejor de lo que podía imaginar previamente. Los hermanos españoles que conocíamos del hostel, se desencontraron, por lo que Carlos creyó haber perdido a Christian por el camino. Tenía miedo de que se hubiera lastimado o perdido y no encontrarlo fácilmente, por lo cual bajó y subió la cuesta dos veces, la segunda corriendo... con el "factor desesperación" encima. Al rato Andrea no aguanto el calor, por lo que se despojó del polar y lo guardó. En eso aparecieron bajando los hermanos juntos, y Carmen (otra española del hostel) con otra chica argentina que no conocíamos. Avanzamos por la pendiente con carteles de peligro y mucha piedra mojada. Seguimos pateando, y ya subiendo la peor parte del trayecto escucho: "Da, y mi cámara?" (a la vez que veo que se toca la cintura donde siempre llevaba la cámara colgando). Ahí se detuvo el tiempo y cruzamos mirada de desconcierto sabiendo que el aparato había quedado atrás en medio de la subida (cuando se sacó el polar). Lo que hice fue dejarla a ella sentada, llorando, ahí arriba y bajé todo lo que había subido, para ver si conseguía rescatar la cámara. Tenía alguna esperanza. Me acordé mucho del gallego yendo "a por" su hermano. Busqué y busqué pero no encontré nada. Volví arriba sin una gota de fuerzas y el llanto se incrementó. Yo no podía más con mi alma. No se la altura exacta de esa montaña/cerro pero estaba realmente destruido. Faltaba poco para llegar pero no quería saber más nada, pero a pesar de todo, subimos casi hasta el final. Tuvimos la mejor vista del Fitz Roy que pudimos tener sin haber llegado hasta la Laguna misma, y no nos arrepentimos. Aunque me hubiera venido bárbaro un pulmotor. Galletas de por medio para recuperar algo de energía (???), emprendimos la dificultosa llegada, con barro y agua incluída. Nos encontramos con un guía argentino que estaba al frente de un grupo de orientales; preguntamos por la cámara, y nada. No me quiero extender mucho sobre el tema. El punto es que luego de pensar y analizar si todavía queda gente decente en el planeta, llegamos al hostel comunicando la desventura a los demás viajantes. Se comentó el tema en el grupo de huéspedes y saltó la ficha de que Carmen y la otra chica argenta la habían encontrado. Ésta chica se iba a Calafate y avisó en Parques Nacionales de la cámara. Fuimos ahí al otro día y nos dijeron que estaba en Rancho Grande, el hostel del otro lado del pueblo. Allá fuimos y nos encontramos con la máquina, lo cual también quedó atestiguado con una foto para la eternidad.
La noche de éste 31 fue la primera comida "made in hostel" y le entramos a un suculento arroz.

Martes 31 de Enero de 2006:

Luego del asunto de la cámara fuimos por unas reservas a Stella Maris (supermercado local) y arreglamos nuestra próxima salida. Un lugar histórico, más que histórico, un lugar en disputa entre nuestro país y los trasandinos: el Lago del Desierto. Fuimos a comprar el ticket y comimos algo en el hostel. Después del almuerzo vino la combi por nosotros. El primer trecho fue hacer el camino al Glaciar Huemul; que nos llevaría luego del corto tiempo de caminata (unos 40') hasta la base del mismo. Realmente ese glaciar es espectacular. El verde de la zona, con el azul del cielo completamente despejado, el blanco del glaciar y el verde del agua de deshielo (toma ese color ya que arrastra minerales en su camino) era increíble. Después de la contemplación emprendimos el sendero al Lago. En el mismo, una vista impecable.



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