sábado, 19 de enero de 2008

Próxima salida : El escape

Se acabó la cuenta regresiva. Finalmente volvió a llegar el día de romper todas las ataduras y volver a ser libre. Otra vez. Como ayer. Como siempre. Como debería ser siempre. Sin presiones ni imanes perversos, el reloj señala la hora esperada.

No es necesario perder ni un minuto más en ésta jaula que no me deja ver más alla de las cadenas que sujetan los tobillos y las muñecas. Y la que atrapa el cuello sin dejarme levantar la cabeza. Cruzaré la frontera, una vez más. Más feliz y esperado que muchos otros cruces, pero más cargado que en muchas otras aduanas. Esta carga, no se puede llevar al hombro. Simplemente, hay que empujarla y dejarla avanzar. Hasta que se interne en mí, y deje de mirarme de frente.

Tiempo fuera, y contando.-

Última Parada

Bariloche



A "tan sólo" 1640 km de Capital Federal, se encuentra Bariloche, a orillas del Lago Nahuel Huapi. La ciudad debe su nombre a a una deformación de "Vuriloche" ("gente distinta o diferente, de atrás o del otro lado"), utilizado por los mapuches para denominar a los indígenas que habitaban los valles ubicados en la zona este de la Cordillera de los Andes, antes de su llegada a estas latitudes. Posee temperaturas frescas, con baja amplitud anual y abundantes precipitaciones. Cuenta con Aeropuerto Internacional propio, que recibe visitantes de países limítrofes directamente a su pulmón.




Bariloche posee muchos atractivos turísticos, los cuales invitan a permanecer allí por varios días para disfrutarla en plenitud. Este será el tiempo del trekking. La idea es unir a pie los cuatro refugios de los cerros característicos de Bariloche (sin tener en cuenta el Otto Meiling, claro) que son el Frey, el Jakob, Laguna Negra y López. Una larga travesía de entre 4 y 5 días que jugará con nuestra capacidad física y mental en forma constante.



(Fuente: www.interpatagonia.com)

martes, 15 de enero de 2008

El viaje no se detiene

El Bolsón - Esquel

Al suroeste de Río Negro, se encuentra la localidad de El Bolsón. Ubicada al pie del Cerro Piltriquitrón, en un valle de origen glaciar, esta ciudad de 15 mil habitantes fue fundada originalmente en enero de 1926. Sus primeros pobladores fueron los Tsonek, nómades... cazadores y recolectores; que luego fueron muy influenciados por los Mapuches que extendían su cultura por toda la Patagonia. Ambas etnias fueron "conquistadas" y casi destruidas en la denominada "Campaña del desierto" emprendida por Julio A. Roca, en una matanza y aniquilación descomunal contra las poblaciones originarias de nuestros territorios. Capítulo que merece reflexión aparte, y seguramente la tendrá en breve.


El Bolsón es más vulgarmente conocida por su feria de artesanos, de los martes, jueves y sábados en la plaza principal, en la cual se pueden encontrar infinita variedad de artículos y diversos placeres culinarios dignos de cualquier mortal. Nunca faltara música de fondo, y gente practicándola a su alrededor con algunos instrumentos y reuniones en ronda sobre el pasto. Se suele asociar a ésta localidad con el fuerte desarrollo de la cultura hippie argenta.


Será uno de los puntos álgidos del trayecto. En 5 días de permanencia el principal objetivo apunta a ser el Cajón del Azul, que invita a pernoctar en el refugio mismo. El Cerro Piltriquitrón también espera ser pisado por nuestras suelas, asimismo el Lago Puelo. El Bolsón es un excelente punto para acceder a Esquel, Trevelin y una esporádica visita al Parque Nacional Los Alerces.

Esquel se encuentra en el noroeste de Chubut, siendo la ciudad cordillerana más importante de ésta provincia, con base fundamental en el turismo. Precisamente, su nombre, deriva de una voz tsonek que fue así dado por las características de la flora local. Fue fundada en 1906, básicamente impulsada por la llegada de colonos galeses a la región a fines del 1800.

miércoles, 9 de enero de 2008

Segunda parada

Aluminé - Villa Pehuenia
La primera localidad a que hago referencia, se ubica en la Provincia de Neuquén, a 284 km de la capital de la provincia,en el departamento que lleva el mismo nombre, al límite de la cordillera de los Andes. Se la conoce como la puerta de entrada al "Distrito del Pehuén" y sus 10 lagos que son el Quillén, Hui Hui, Rucachoroy, Pulmarí, Nonpehuén, Pilhue, Polcahue, Moquehue, Ñorquinco y Aluminé. Cuenta con una población estable de 3.700 habitantes.

Registra en promedio un clima templado húmedo andino, que conlleva veranos con días cálidos y soleados, pero con noches frescas, oscilando las temperaturas entre los 10 y los 30 grados centígrados; mientras que el invierno presenta días fríos con nevadas y temperaturas diurnas entre los -12 y -10 grados de la misma escala. Del 8 al 11 de abril, anualmente, se celebra la Fiesta Departamental del Pehuén desde 1993; y el 20 de octubre, celebra su fundación realizada en 1915.

En este caso, emprenderemos una excursión de día completo desde Caviahue, para recorrer este punto del viaje, incluyendo una navegación sobre el lago homónimo, algunos miradores, el ascenso al volcán Batea Mahuida (lleva el apellido de Jacinta Pichi) y a posteriori evaluaremos si es pertinente una breve estadía allí.

El trayecto también incluirá Villa Pehuenia. Fundada apenas en 1989, cuenta con cerca de 500 pobladores que la habitan anualmente. Se ubica a sólo 15 km del límite con Chile. También obtiene su nombre debido al árbol sagrado de las tradiciones Mapuches, ya que los resguardaba de los vientos cordilleranos, y el piñon (su fruto) era un valioso alimento. Muy similar a Aluminé en temperaturas y geografía, y sólo a 60 km de dicha localidad, dista en 300 km de la capital de Neuquén.

"...Y ocurrió que el reino de los mapuches pasó por un período de gran hambruna, tanto que muerieron muchos araucanos. Los que morían antes que nadie eran los niños y los ancianos. Entonces, los viejos de las tribus mandaron a la gente joven en busca de comestibles de distintas clases y a distintas partes: bulbos de lirio y otras flores y plantas, bayas, hierbas y granos de cereales silvestres, raíces amarillas dulces y, naturalmente, también carne de animales salvajes. Pero.... ¿dónde estaba todo aquello, dónde se escondía ? Casi todos los mozalbetes mapuches volvieron hambrientos sin haber hallado cosas comestibles. Dios, el Grande del cielo, no quiso seguir oyendo el clamor: el Chau no escuchaba las plegarias, se fingía sordo.... Y su gente se moría.... Sólo uno de los emisarios consiguió algo. Cuando éste volvía, lo interpeló durante el trayecto un anciano desconocido, ansioso de saber qué buscaba en las montañas en gran parte pobres, arenosas y áridas. El joven le confió su pena y la de sus hermanos hambrientos de la tribu y el viejo replicó, con extrañeza: -¿No son suficientemente buenos para ustedes los piñones ? Caen de los árboles harto maduros ya basta una de sus cápsulas para nutrir a toda una familia.... Pero hay que hervirlos hasta que se ablanden, hervirlos con mucha agua o tostarlos sobre el fuego. Y hay que enterrarlos en el invierno para preservarlos de la helada. Después de estos buenos consejos, el viejo de la larga barba desapareció de improviso. El joven araucano se llenó el manto de las cápsulas de semillas más grandes que encontró y se las llevó al más anciano de la tribu, junto con el mensaje que le había dado el hombre de la larga barba. El anciano y el joven llamaron a toda la gente de la tribu y se habló de lo convenido. Entonces, los más prudentes dijeron: -Ese sólo puede ser nuestro Chau, nuestro padre que bajó para nosotros a la tierra a fin de salvarnos. Seguiremos sus indicaciones, no desdeñaremos el regalo que nos permite comer, no obstante ser un alimento que proviene del sagrado árbol que sólo a El pertenece. De inmediato, hirvieron aquellas alargadas frutas en agua buena y otros las tostaron sobre el fuego. Fue un gran festín. Desde entonces ya no padecieron escasez, porque los innumerables árboles existentes alrededor del volcán Lanín y sobre él les ofrecieron muchos regalos de esa clase. De esa época datan las fiestas populares, consistentes en un viaje anual de los indios con sus familias a las montañas y regiones de las araucarias a fin de juntar los víveres preciosos para el invierno, katangos y piñones de un color oro oscuro..."

Fragmento extraído de www.interpatagonia.com

domingo, 6 de enero de 2008

Primera estación

Caviahue

Ubicada exactamente a 1570 km de la ciudad de Buenos Aires, y a 352 de la capital de la provincia de Neuquén, se erige ésta pequeña Villa de montaña, habitada por 700 habitantes. Con una altura de 1600m sobre el nivel del mar, se ubica al sur del volcán Copahue, bañando por el lago del mismo nombre. Ésta villa es dónde los Mapuches detenían su camino para llegar a las termas de Copahue, y lo denominaron con el significado de "lugar de fiesta y reunión".


La idea con mi compañero de ruta es aproximarnos a ésta localidad el día sábado 19 por la tarde, una vez aterrizados en Neuquén (capital) y posterior bus hasta Caviahue. Si todo sale bien, el domingo 20 por la mañana deberíamos estar partiendo hacia el mismísimo cráter del volcán Copahue, que lleva ese nombre por el histórico cacique Mapuche que habitó la región en tiempos de antaño.

Leyenda de las Termas de Copahue

Cuenta la leyenda que Copahue era un cacique valiente y despiadado. Dicen que un día el cacique volvía de Chile con su ejército, cuando un viento huracanado los sorprendió en la cima de las montañas y se dispersaron. Copahue se encontró separado de sus hombres y caminó hacia lo alto de la montaña tras el resplandor de una hoguera. Allí encontró una tienda y dentro a una mujer sentada junto al fuego. Su nombre era Pirepillán ("nieve del diablo" en Mapuche). Ella le curó sus heridas, le dio de comer y beber. Y en la madrugada le hizo una profecía: "...Saldrás victorioso de una lucha que ningún otro hombre podría ganar. Llegarás a ser el más poderoso entre los Mapuches, pero tu espíritu guerrero deberá seguir manifestándose mucho después de tu muerte en el campo de batalla..."

Así lo despidió, y Copahue descendió confuso de la montaña: se había enamorado de ella sin remedio. Guerreó y pactó alianzas y negocios, llegando a ser Señor de todos los Mapuches. Pero los momentos de tranquilidad de Copahue tenían un nombre: Pirepillán. Copahue no conseguía desprenderse de ese amor, ni lo intentaba. Un día, un viajero del norte le contó que Pirepillán estaba presa en la cumbre de un volcán. Le dijo que un tigre enorme y un monstruoso cóndor de dos cabezas no la dejaban marchar. Con determinación, Copahue tomó sus armas y se preparó para liberarla. Los brujos le aseguraron que iba directo a su muerte, porque para vencer a esas criaturas haría falta un poder más que humano. Pero Copahue no estaba dispuesto a retroceder. Un resplandor dorado lo fue guiando hacia la cumbre. Allí debía estar Pirepillán. De pronto, un rugido impresionante lo ensordeció. Un puma muy grande saltó sobre él, pero Copahue se echó a un lado y le clavó la lanza, empujándolo hasta hacerlo caer. Enseguida apareció el monstruoso cóndor de dos cabezas descendiendo sobre el. Sacó su cuchillo largo, lo enfrentó y lo mató.

Copahue y Pirepillán pudieron entonces abrazarse, felices. El pueblo, en cambio, no quería a aquella hija mágica de la montaña. El cacique ya no tenía el mismo ánimo para llevarlos a la batalla, y las incursiones enemigas eran cada vez más frecuentes. Un día que Copahue tomó el mando de sus tropas y enfrentó al enemigo, fue muerto en el campo de batalla. Los Mapuches culparon a Pirepillán de su muerte y la llevaron al pie de las montañas para matarla. Angustiada, gritó el nombre de Copahue y las piedras se estremecieron, abriéndose bocas humeantes a su alrededor. Violentas columnas de agua hirviente brotaron de las entrañas de la tierra.

Los que lograron sobrevivir cuentan que fue el espíritu de Copahue, celoso, y que aún hoy se mantiene activo, agitando el agua al pie de los volcanes, cumpliendo la profecía en defensa de su amor.

(Fuente: Revista "Extremo Patagonia", número 23, pág. 42; www.extremonline.com)