miércoles, 26 de julio de 2006

Primeros dos días: Norte '05

16 y 17/07/2005

Comenzó la aventura .El sábado16/7/05 a las 12:30 (por culpa de Emanuel que llegó tarde; el muy hijo de puta pensó que nos íbamos a las 10, pero de la noche) empezamos la travesía hasta el norte de nuestro gran país. El primer destino es la localidad jujeña de Lozano; donde nos espera la hostería “Las Vertientes”, a tan sólo 20 Km. de la capital de la provincia.-


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El viaje empezó muy lento, el chofer parece que no encontraba el acelerador y a eso de las 4 hs de viaje llegamos a San Nicolás para almorzar; lo cual para la parte de la vecindad que viaja está demás, porque ya le habíamos entrado duro y parejo a las milanesas de Laura y las empanadas de Natalia.

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La noche fue complicada. La parcial vecindad se sentó en los cuatro asientos frontales del micro, contra el ventanal, por el cual pasó todo el frío de la ruta, y nos congelamos… personalmente me costó mucho dormir, y al rato que lograba conciliar el sueño, mis congeladas piernas me recordaban la temperatura de ambiente. Igualmente la sensación de hipotermia y principios de congelamiento fueron generales. Las paradas siguientes fueron en una localidad Santiagueña que no recuerdo el nombre (era algo de Ceres, o muy parecido a eso), y en Güemes, Salta, para desayunar antes de arribar a Jujuy. Los cordones montañosos ya asomaban a la luz del sol matinal.-

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En teoría, nos dirigiríamos en combis hacia las Termas de Reyes, pero oh casualidad… las combis “se rompieron”, y había que pagarle a los antipáticos choferes, unos 15 pesitos para que nos alcanzaran hasta la zona de influencia, y luego nos devolvieran a la hostería. A decir verdad eso nos disgustó un poco a todos, pero bueno… 15 pesos, caja de empleados, y emprendimos el viaje. El día no era favorable, predominaba el aire fresco y el cielo gris formato Londres, sólo faltaba la neblina. La excursión constó de una caminata rodeando las termas (algunos pocos se introdujeron en las cálidas aguas), una suerte de cumbre-mirador muy buena, el descenso, y finalizamos con un café acompañado de unos tostados y facturas para terminar la tarde. Esto último fue en el hotel de las Termas, que se ubica a un costado de las piletas populares. Tiene sus propias piletas, claro que por otro precio. Allí fue dónde vimos al gran historiador argentino, Felipe Pigna, a quien tuve la suerte de tener de profesor en el colegio en 3er año. Educadamente y sin intentar perturbarlo, me aproximé a saludarlo. Se encontraba con sus hijos y otro sujeto. Lo felicité por su libro el cual aún permanezco leyendo, y le dije que había sido su alumno. Ni fotos ni autógrafos.-
Así, luego de cenar, y con alguna que otra sorpresata, finalizaba nuestro primer día. Aprobado.-


18/7/2005


La noche anterior nos desayunamos con que el lunes era nuestro primer día libre, por lo cual no había nada planeado, y tampoco existía la alternativa “Ruphay”, como en los otros viajes, en dónde para el lado que salieras caminando encontrabas algo para admirar. Acá esa opción no existía, porque si bien la admiración es constante, los paradores y pueblos están distantes entre sí y a veces cuesta un poco llegar de un lugar a otro. Con ésta novedad, se presentó Walter con Juan Pablo, guías de un hostel de la capital, a mostrarnos y ofrecernos algunas alternativas de excursiones para hacer el lunes (hoy) y el miércoles, que también había pasado a ser libre. Qué loco, no? La expresión popular en el comedor era el asombro. De tener todos los días ocupados, ya teníamos dos libres. La opción era el Parque Nacional Calilegua, dónde encontraríamos la selva de Yungas; y para el miércoles las Salinas Grandes.-
Acá surgió una de las anécdotas más jugosas del viaje. Walter nos comentaba que podíamos hacer Yungas a la mañana, y por un “PLUS” (la palabra clave) hacíamos Aguas Calientes a la tarde (otras termas). Nos estaba vendiendo LA excursión pero el tema monetario no lo tocaba. Agregaba que se podía hacer una el lunes y otra el miércoles, para disfrutar más los días, los paisajes, etc. No pude esperar a que lo diga él, y en voz alta dije: “Disculpame, cuánto nos saldría el “PLUS”, como para ir redondeando la charla”. Hubo risas. Me respondió que haciéndonos un precio especial por ser muchos, lo más barato era $50 por excursión. En vez de decirte $100, te dicen 2 por $50, es más diplomático y duele menos. Mientras los 42 mortales intentábamos dilucidar la actividad que íbamos a elegir, él caminaba el pasillo de la recepción incansablemente, como padre primerizo, sudoroso e intranquilo en la puerta de un quirófano. Había que formar grupos de 15 personas o más, porque las combis requerían esa capacidad. Cuando empezamos el recuento éramos 18, por lo tanto, nuestra propuesta era 18 en una sola combi, y $80 por las dos excursiones. Con Gustavo y Seba le acercamos la propuesta. Walter y JP nos dieron la negativa, alegando que por ese precio deberíamos casi completar dos vehículos. Insistente, Seba pregunta si no podíamos ir los 18 “apretaditos” (dixit) en una, a lo que los guías se niegan nuevamente, por motivo de los controles policiales y de gendarmería en ruta. Nos miramos los tres, y cómo si nada, Seba me dice “Bueno, de última bajamos a tres y listo”. Tsunami de Chanes. Un grande. Un visionario. Después de pensarlo un rato a la noche y charlarlo con la habitación 8, nos descostillábamos de risa imaginando la situación. Es decir, cómo le decís a alguien que se tiene que bajar de una excursión? Algunas de las soluciones propuestas:

a) “Hoy en la hostería cocinan llama! Yo me parece que me quedo, me haces la gamba?”
b) “Che, el sol está fuertísimo afuera. Vos que sos blanquito/a por qué mejor no te quedás leyendo algo acá?”
c) “Vos cuando preguntamos quién venía dudaste, te toca quedarte por inseguro/a”

Y muchas más…La cosa es que era mejor tratar de convencer gente para que se sume, a ir tachando nombres y atravesar esas situaciones. Finalmente, el batallón se completó. Éramos 27. Increíble pero real. El destino del lunes que relato fue Las Yungas, y el miércoles nos esperaban las Salinas, todo por el mismo precio.
Así, partimos las dos camionetas a las 9 de la mañana desde Las Vertientes. Paramos a comprar algunos víveres y agua en una YPF de las afueras de San Salvador y seguimos camino. De repente en la distancia, veo que el tránsito se amontona y se prolonga una fila a lo largo de la ruta. Frena la combi, se baja Walter y lo sigue JP. Y allí estaban ellos, algunos con sus caras ocultas tras pañuelos, gomeras y palos en mano, sentados en el medio de la ruta. Si, Piqueteros. Me sentía en el epicentro, en el lugar donde surgieron todos estos movimientos. De hecho los primeros que recuerdo habían sido en Tartagal, no tan lejos de ahí. Tras un diálogo, vuelven los guías. Les habían dado una ruta alternativa para pasar hasta el Parque Nacional. Retrocedemos, y seguimos viaje por otro camino. Pero reincidimos. Nos vuelve a tomar por sorpresa otro piquete. Diferente al anterior. En este caso, me bajo atrás de los guías para ver de cerca el asunto, escuchar el motivo de los reclamos, o algo semejante. Gustavo vino conmigo, y fuimos con cámara en mano cual periodistas de la CNN en Bagdad. Walter exaltadísimo, se queja contra los manifestantes. Les dice que no puede ser que le indiquen un camino y se vuelva a encontrar con otro grupo de piqueteros. Que se pongan de acuerdo. Le dicen que en 10 minutos levantan la protesta. Se da vuelta hacia las combis, increpándolos en voz baja. En ese momento, uno de los sujetos con gomera, dispara contra una chapa, a lo que Walter reacciona y dice “hacete el loco con una gomera, voy a bajar el fierro de la camioneta y los voy a reventar a todos”. Lo callan por lo bajo. “¿Quién me chista?”-dice completamente enajenado. Y prosigue “Los boludos somos nosotros que no los pasamos por encima”. Se levanta el movimiento en la hora convenida. Los automovilistas insultan, pero aceleran para alejarse de una vez por todas de ese lugar. Y más adelante el colmo, el tercer piquete consecutivo en menos de 90 minutos. Ya estábamos completamente incrédulos. Eran muchas menos almas en la protesta. Pero estos ya me desagradaron para ser sincero. No pedían otra cosa más que Planes Jefes y Jefas de hogar, es decir, el incremento de los mismos que ya poseen por obra y gracia del señor, sin siquiera mover un dedo para recibir estos “subsidios” que no hacen otra cosa más que fomentar la vagancia, y hacer perder al ser humano, la dignidad del trabajo y el esfuerzo para ganarse el pan. El líder de este grupo, con campera de cuero, borcegos, y las manos plagadas de anillos. Sentí muchísimo rechazo en esos instantes. Las docentes del grupo le intentaban hacer entender que eso no conducía a ningún lado, que no eran los medios para protestar; al mismo tiempo que otros se sacaban fotos con ellos, y tiraban piedras y maderas avivando el fuego de los neumáticos ardiendo. Mezcla de sensaciones. Finalmente también se levanta la protesta.
Seguimos camino y nos aproximamos cerca de la localidad de Ledesma, tierra de “azúcar, caña y buen sol” según indica la canción, y lugar de origen del “burrito” Ariel Arnaldo Ortega. Allí observamos las extensiones del cultivo de caña, predominante en la zona. Ahí es dónde se ubica la empresa que lleva el mismo nombre que la localidad, que es la mayor productora de caña del país, y que se utiliza, entre otras cosas, para pasta de papel y celulosa. Bajamos de la combi en una estación de servicio que se ubica justo frente a la empresa y sus tierras. Se siente un fuerte olor, muy parecido al de las aceitunas, pero con mucha mayor intensidad y profundidad en los pulmones. Al principio molesta. Fotos de rigor. Y a la camioneta nuevamente, sin escalas hasta el Parque Nacional.

martes, 18 de julio de 2006

De Teutones y Pampa Húmeda

Una vez más, no se pudo. Argentina se perdió en la ruta dos estaciones antes. El camino hacia la Copa terminó de una manera un poco extraña. Nos quedamos con las manos vacías, otra vez.

Todo parecía ir encaminándose de a poco, sin brillo pero con un fútbol in crescendo. La manija que tanto nos promocionaron nunca mostró lo que había venido haciendo antes del comienzo del torneo. Sólo tuvimos que conformarnos con una asistencia contra los africanos, y después relajarnos y "disfrutar" de su fútbol mezquino. El capricho nunca tuvo fin.

Y para colmo nos tocan los locales. Y empezaron las especulaciones... que estaba arreglado, que el árbitro nos iba a perjudicar como Codesal en el '90, y que se yo cuantas otras cosas más. Una de las figuras visitantes declaró en los medios que "Argentina tiene la desgracia de cruzarse con nosotros". Pusieron hasta una bandera en un balcón que titulaba "Adiós Argentina". Y algo de eso hubo. Tuvimos la desgracia de que el árbitro, a pesar de no cobrar ninguna barbaridad como aquel mexicano en Italia, inclinó la cancha los 120' y tuvo una tendencia claramente localista, en la mayoría de los fallos. Pero no fue una desgracia cruzarse con los teutones. Argentina estuvo muy cerca de dejarlos con las ganas en la mismísima Berlín, pero no se pudo. La lotería de los penales no nos tuvo en sus planes. Esperábamos ver al Segundo Goycochea en la historia del fútbol argentino. Quien supo llevar a los innombrables a muchas finales, y ser gran responsable en muchas de esas victorias. Todos esperábamos verlo rendir en éste tipo de definiciones para aprovechar de sus ventajas a la hora de los tiros desde los doce pasos tan temidos. Pero ni siquiera eso nos salió bien. El bueno del Pato se lesionó en una jugada desafortunada y afuera. Entró Franco, y tuvo que atenerse a las consecuencias. 2-4 en penales convertidos, y nos volvemos a casa. Dos pasos antes que en el '90, uno después que en el '94, en la misma instancia que en el '98 y dos fases después que en el olvidable '02. Pero nos volvemos otra vez, con la manos llenas de nada.

Sólo me restaría pedir que el proceso siga su rumbo, a pesar de que el D.T. ya anunció el fin del mismo. Me resta resaltar la tarea de Ayala, líder y empuje del equipo, con una actuación destacadísima; los huevos de Mascherano, quien supo ir claramente de menos a más, y de Sorín, capitán surcador de banda izquierda; el fútbol y las ganas de Maxi Rodriguez, que nos hizo ilusionar con esa bomba y nos depositó en cuartos; la picardía de Saviola en la primera fase y la recuperación que supo aportarle a su ya conocido talento ofensivo; la desfachatez y la gambeta de Tevez, que nos llenaba el ego argento y maradoniano que recorre nuestras venas; la última chance de Crespo, que cumplió como pudo con su cuota de gol tan solicitada, y la presencia, el talento y el fútbol desplegado en cancha por Pablito Aimar y Lio Messi, quienes merecieron acariciar por más tiempo la redonda, que tan bien tratan, que tan bien pisan, pero no podían jugar todos. Y Pekerman eligió otras opciones.

Argentina murió de pie. Todos creemos y seguiremos creyendo que se pudo haber ganado. La invasión de tristeza y amargura fue inevitable. Y es lógico. Pero se volvió a demostrar que somos potencia en ésto del once contra once. Que somos locales en cualquier parte del mundo. Que el himno va a sonar y se va a sentir aunque no nos dejen cantarlo entero. Aunque no traigamos la Copa, sabemos que Argentina es Argentina. Y ya volverá el día, que ojalá sea pronto, en que todos los demás tendrán que volver a mirarnos desde abajo.

30/6/06

Glaciares: Segunda Parte

Miércoles 1 de Febrero de 2006:

Era el último día en El Chaltén. A las 18 salía el micro con destino a Río Gallegos. Necesitábamos algún plan corto para después del mediodía y con esa hora como límite. Nos tomó la mañana el armado de mochilas y un pequeño reaprovisionamiento. Es así, que después de algunas recomendaciones de la gente del hostel fuimos hasta el Cañadon del Río de las Vueltas, a tan sólo 7 km del pueblo.
Cuando iniciamos el camino, a los 2 km un viejo nos levantó con su camioneta, y nos acercó hasta el borde del sendero, que nos dejaba a 5' de nuestro destino. La señora que nos recomendó esto, lo hizo con 2 pautas: la primera, que si había mucho viento no nos fueramos a acercar mucho porque era peligroso, y la segunda, que llevaramos preparada la cámara de fotos para ver y fotografiar los cóndores que siempre sobrevuelan el cañadon. A pesar de ello, el flaco del hostel nos dijo que el lugar era muy lindo, pero que ninguna de las veces que había ido, vio un putísimo cóndor. Igual, teníamos esperanzas de ver alguno. Ilusos.
La verdad que la vista del cañadon con el Fitz de fondo era linda, aunque el lugar en sí no era nada del otro mundo. Un lugar muy ventoso, tal como nos habían dicho, lo que muy al borde lo hacía un tanto peligroso, pero no hubo mayores inconvenientes. La desilusión fue no ver a esos pajarracos, pero bueno, quedará para el zoológico en Plaza Italia, un poco más cerca de casa que ahora. Desde que volvimos y durante el viaje y después, Andrea sigue preguntándome por los cóndores.
A las 18, tomamos el micro de Taqsa destino Río Gallegos, capital de la provincia de Santa Cruz, para llegar de madrugada, dormir, sacar pasaje a Ushuaia, y así seguir rumbo para conocer uno de los lugares que desde que tengo uso de razón quiero visitar: la ciudad más austral del mundo.

Jueves 2 de Febrero de 2006:

3:30 arribamos a la ventosa (muy ventosa) y desolada terminal de la ciudad de Río Gallegos. Eramos pocos pasajeros que viajamos perturbados por dos infantes y su procreadora; que al parecer tenían mucho de que hablar. Una chica nos preguntó a dónde ibamos, y cómo era más barato para todos, abordamos un taxi los tres. Nos contó que era de otro lado (creo que de Córdoba) pero estaba trabajando ahí por el momento. Nos bajamos saludando y entramos al hotel. Al rato ya estabamos durmiendo. Si no eramos los únicos huéspedes en el edificio, pegaba en el palo.
El cuarto estaba bueno, chiquito pero bueno. Igual, nos dormimos a la brevedad porque estabamos cansados por el extenso viaje. Nos levantamos cerca de las 8 AM para ir a la terminal. Estabamos informados de falta de pasajes por una semana, pero igual teníamos esperanzas de conseguir para esa misma mañana o tarde (vieron que nunca perdíamos esperanzas de nada no?). No fue así. La terminal estaba abarrotada de gente, y la mayoría con nuestra misma hoja de ruta. El problema mayor, es que el trayecto Gallegos - Ushuaia lo hace una sola empresa (Tecni-Austral), y con un solo horario (8:45 AM). Así, es que me acerqué a preguntar y averiguar para cuándo había lugar. Me dijeron que para el servicio del viernes había disponibilidad. El tema es que con 12 hs de viaje incluyendo el ferry para llegar a Tierra del Fuego, perdíamos otro día más, y una de las noches reservadas en el camping de Ushuaia. La bronca inicial fue casi natural, el no saber qué hacer, porque debíamos estar otra noche en Gallegos y pagar otra vez por alojamiento, lo cual era perjudicial a nuestros efectos de gastar lo menos posible en todo el viaje, y de irnos rápido de la capital de la provincia presidencial. Pensamos que una de las únicas alternativas viables que nos quedaba era recurrir al transporte aéreo, asi que después de llamar desde la terminal a LADE (Líneas Aéreas del Estado) y Aerolíneas Argentinas, decidimos ir al centro para consultar salidas de vuelos de la aerolínea estatal.
Nos tomamos un bondi frente a la terminal, con todos los bártulos a cuestas, y nos bajamos a una cuadra de LADE. Todos los santacruceños del colectivo nos indicaron todo para llegar hasta ahí, facilitándonos el asunto. Gente copada la verdad. Después de preguntar, finalmente sacamos ida y vuelta por LADE, para el viernes a primera hora. Si bien saldríamos el mismo día que con el micro, en 40' (sí, cuarenta minutos contra doce horas) estaríamos en Ushuaia. Ahora bien: a dónde ibamos a dormir?. Andrea se acordó que su tío le había dicho que en Diciembre 2005 cuando él viajó, tuvo que dormir con gente de un colegio salesiano del lugar que lo alojó; es decir, le prestaron un lugar para quedarse esas noches que estuvo varado por todo el quilombo de Aerolíneas en esa época. Lo llamó y le preguntó referencias. Dio la casualidad que ese colegio (el Don Bosco) estaba a dos cuadras de nuestra ubicación en ese momento. Así que fuimos a caretearla. Después de unos minutos que Andrea estuvo explicando la situación a la persona que nos habían referido, obtuvimos la dirección de la chacra del colegio, de la que se hacía cargo el cura del mismo. Al salir para conocer el centro, éste parroco nos detuvo para decirnos que a las 19 estuvieramos ahí en la puerta, que él nos llevaba hasta allá cuando alcanzaba al casero al mismo lugar.
De ésta manera, con noche asegurada, nos fuimos a recorrer Río Gallegos. Fuimos a Thaler (la agencia de cambio de un cliente mío que me ayudó mucho en la planificación del viaje), a la costanera, a comer, al museo de ciencias, y al mejor lugar que visitamos en ésta ciudad: el museo de Malvinas. Es básicamente un museo que recoge un gran pedazo de ésa historia; con elementos originales, testimonios escritos de los soldados (cartas, y esas cosas) y documentos periodísticos, archivos de la Nación, y otras tantas cosas de la época. Allí nos recibió una señora (algo así como referente del museo) con la que estuvimos charlando un rato acerca del tema. Sin dudas, en algunos aspectos, ella tenía una visión un poco particular sobre el tema, pero bueno. Esa es otra historia.
A las 19, luego de haber visitado el BBVA local para cambiar plata de Andre y pagar mi tarjeta que vencía, estuvimos en el colegio para ir a la chacra. El cura nos llevó en su para nada modesta Toyota Hilux hacia donde ibamos a dormir. Yo no tenía muchas expectativas. Pero parece que con ésta cosa de la religión los muchachos hacen buena plata, y no es joda. Todo sea por servir al señor y al prójimo. Gracias a este buen hombre y la comunidad salesiana dormimos en un duplex bastante bien equipado que sirve para la recreación de los purretes del colegio que la visitan, con lugar para jugar al fútbol y tres perros que la custodian, con uno de ellos bastante bestia. Resultó una noche de buen sueño, aunque en bolsa de dormir, pero sobre colchón.

Viernes 3 de Febrero de 2006:

El vuelo de LADE nos conduciría a la tan esperada Ushuaia, que debido a los percances ya nombrados, y valga la redundancia, se hacía esperar. La expectativa por un avión más y tan distinto al primero, era el pensamiento en esos momentos, al menos el mío. Era un avión más chico de la Fuerza Aérea Argentina (que también consta en fotos). Llegamos a Ushuaia en el tiempo previsto, con 10ºc en la ciudad, temperatura más que agradable para mí. Lo primero en sorprenderme de ésta ciudad a simple vista, fueron los cordones montañosos (precordillera incluída) que la rodean dándole un toque más de magia, como si le faltara más. Y lo segundo, fue el parque automotor. Mamita, que naves. Al parecer ésto es por la característica de puerto libre o algo por el estilo, algo así como exención de impuestos pero grosa. Al mejor estilo Fassi Lavalle pero legal. Un taxi nos condujo hasta el centro, donde buscamos info. turística para saber cómo llegar hasta el Parque Nacional, si bien alguna idea teníamos. Nos tomamos una combi del transporte especial de pasajeros "Passarella" (si si, como Daniel Alberto) que por $20 te daba un ticket de ida y la vuelta para cuando uno quisiera. Después de 3/4 de hora, llegamos al Parque. Muy silvestre la parte del camping, con muchos pájaros y conejos europeos (éstos últimos, animales importados a la patagonia) dando vueltas. Después de pagar las noches que ibamos a estar en el Parque acampando (grave error) empezamos a armar la carpa, inflar el colchón... instalarnos. El suelo estaba lleno de raíces por lo que se complicaron las primeras estacas. Se ve que nos veía con problemas. Me refiero a un chico (no tan chico) que nos facilitó un martillo para terminar (o empezar con) las estacas de la carpa en el rocoso suelo. Después de eso comimos, y terminamos de armar todo como corresponde. Viendo el panorama de actividades dado el horario (casi nulo era el panorama) nos tiramos a dormir una merecida siesta. Por otra parte, el tiempo no acompañaba. A la noche, cenamos en la confitería del camping, y al sobre, acostumbrándonos a lo fresco de la noche en esas latitudes. Mirá que para que yo diga que está fresco, por algo será.

Sábado 4 de Febrero:

Arrancamos relativamente temprano, con ganas de hacer alguno de los senderos del parque. Nos decidimos por el Hito XXIV (Límite internacional con Chile), a 4 kms del mismo. El día estaba nublado así que el sol no nos iba a acompañar en la caminata por el bosque, asi que salimos emponchados y encapuchados. El agua asomaba...

(continuará...)

lunes, 17 de julio de 2006

Diario de Viaje - Glaciares 06

A continuación, fragmento del diario del viaje realizado en Febrero del 2006 con la Srita. Gandolfi a la Patagonia Argentina. Destinos: Calafate, El Chaltén, Río Gallegos y Ushuaia. del 28/1 al 13/2

Domingo 29 de Enero de 2006:

Hoy no madrugamos; descansamos de los viajes de ayer (Bs. As - Calafate vía aérea, Calafate - El Chaltén vía terrestre), sobre todo yo, que en la previa al avión dormí sólo 3hs. Arrancamos a eso de las 10 y fuimos a desayunar. Después del café y las tostadas estuvimos preguntándole a una de las chicas de administración qué actividades podíamos hacer en nuestra estadía en este diminuto, pero no por eso menos imponente, pueblo patagónico. Al finalizar la mini-presentación de las opciones disponibles, fuimos a ver qué comíamos, lo cual culminó con unos sandwiches de paleta ("es más barata") y queso; uno per cápita, con sabor a poco. No había hambre. Por la hora que era, la Laguna Torre aparecía como el mejor destino. Me olvidé de decir que después del desayuno también fuimos hasta una de las "sucursales" de Parques Nacionales donde explican las características de la zona, igual que la chica del hostel.
En fin, tomamos el camino a la Laguna anteriormente citada alrededor de las 14. Según nos comentaron al volver, entre la ida y la vuelta, las 6hs de camino se reparten en 22 kms de caminata. Un camino bastante interesante con el Cerro Torre de fondo constantemente para terminar en la Laguna con una excelente postal, con base del glaciar incluído. Estuvimos volviendo a eso de las 20:30, merienda mediante en el mirador durante 20 min. de mate, café con leche y galletitas. Durante la vuelta vimos algunas liebres correteando por los senderos, con foto y todo.
Viendo qué y dónde cenaremos, arreglamos para mañana a las 10 hs un taxi, que nos faja por $20 (casi un peso por minuto hasta la Hostería del Pilar) hasta un punto donde empezamos a caminar. Destino: la Laguna de los Tres. Hablan de que el tramo final es empinado. Vamos a ver qué tanto.

Lunes 30 de enero de 2006:

Las 9 am fue el horario para levantarse. Nos tomamos el desayuno con tostadas y a las 10 el guaso del transfer estaba con su 4x4 para llevarnos hasta la Hostería del Pilar (sí, la 4x4 es el taxi del que les hablé) y así ahorrarnos 15 km de camino en subida. 10:30 ya estábamos en camino. Algo así como a los 5 minutos de caminar, nos cruzamos con una señora grande y sus tres hijas cuarentonas. La abuela arrastra 82 primaveras y caminando 4 hs por la montaña, muy grosa. Para colmo, nos contaron que se había caído recién y se había golpeado la cabeza contra una piedra (se dice que con una caída te "comprás el camino") y le sangraba la cabeza. Andrea tenía mertheolate en la mochila, por lo cual le ofreció ponerle un poco si no se quejaba y así fue. Después de saludarnos, seguimos camino arriba. La primera parada fue para almorzar; justo en el Glaciar Piedras Blancas; más precisamente en el mirador frente a él. Estuvimos alrededor de 15' ahí. Luego de las fotos de rigor y de disfrutar eso, más adelante llegamos a un mirador tipo descampado. ES-PEC-TA-CU-LAR.
Con un poco tiempo más de caminar, ya pasado el mediodía, pasamos al campamento Poincenot, empalmando el camino normal hacia la Laguna de los Tres. Yo ya no podía conmigo, asi que hice una parada en la letrina, justo detrás de un europeo que venía flojo de intestino. Vaya suerte. En fin, con la vejiga vacía, seguimos camino. Atravesamos el campamento, un arroyo y un puente; y enfrentábamos la parte más complicada del camino, un fuerte y prolongado ascenso hacia la Laguna. Se fue complicando cuanto más avanzábamos, y con igual dificultad se acrecentaba la inclinación. Andrea ya estaba muy cansada y acalorada, yo venía muy bien, quizás mejor de lo que podía imaginar previamente. Los hermanos españoles que conocíamos del hostel, se desencontraron, por lo que Carlos creyó haber perdido a Christian por el camino. Tenía miedo de que se hubiera lastimado o perdido y no encontrarlo fácilmente, por lo cual bajó y subió la cuesta dos veces, la segunda corriendo... con el "factor desesperación" encima. Al rato Andrea no aguanto el calor, por lo que se despojó del polar y lo guardó. En eso aparecieron bajando los hermanos juntos, y Carmen (otra española del hostel) con otra chica argentina que no conocíamos. Avanzamos por la pendiente con carteles de peligro y mucha piedra mojada. Seguimos pateando, y ya subiendo la peor parte del trayecto escucho: "Da, y mi cámara?" (a la vez que veo que se toca la cintura donde siempre llevaba la cámara colgando). Ahí se detuvo el tiempo y cruzamos mirada de desconcierto sabiendo que el aparato había quedado atrás en medio de la subida (cuando se sacó el polar). Lo que hice fue dejarla a ella sentada, llorando, ahí arriba y bajé todo lo que había subido, para ver si conseguía rescatar la cámara. Tenía alguna esperanza. Me acordé mucho del gallego yendo "a por" su hermano. Busqué y busqué pero no encontré nada. Volví arriba sin una gota de fuerzas y el llanto se incrementó. Yo no podía más con mi alma. No se la altura exacta de esa montaña/cerro pero estaba realmente destruido. Faltaba poco para llegar pero no quería saber más nada, pero a pesar de todo, subimos casi hasta el final. Tuvimos la mejor vista del Fitz Roy que pudimos tener sin haber llegado hasta la Laguna misma, y no nos arrepentimos. Aunque me hubiera venido bárbaro un pulmotor. Galletas de por medio para recuperar algo de energía (???), emprendimos la dificultosa llegada, con barro y agua incluída. Nos encontramos con un guía argentino que estaba al frente de un grupo de orientales; preguntamos por la cámara, y nada. No me quiero extender mucho sobre el tema. El punto es que luego de pensar y analizar si todavía queda gente decente en el planeta, llegamos al hostel comunicando la desventura a los demás viajantes. Se comentó el tema en el grupo de huéspedes y saltó la ficha de que Carmen y la otra chica argenta la habían encontrado. Ésta chica se iba a Calafate y avisó en Parques Nacionales de la cámara. Fuimos ahí al otro día y nos dijeron que estaba en Rancho Grande, el hostel del otro lado del pueblo. Allá fuimos y nos encontramos con la máquina, lo cual también quedó atestiguado con una foto para la eternidad.
La noche de éste 31 fue la primera comida "made in hostel" y le entramos a un suculento arroz.

Martes 31 de Enero de 2006:

Luego del asunto de la cámara fuimos por unas reservas a Stella Maris (supermercado local) y arreglamos nuestra próxima salida. Un lugar histórico, más que histórico, un lugar en disputa entre nuestro país y los trasandinos: el Lago del Desierto. Fuimos a comprar el ticket y comimos algo en el hostel. Después del almuerzo vino la combi por nosotros. El primer trecho fue hacer el camino al Glaciar Huemul; que nos llevaría luego del corto tiempo de caminata (unos 40') hasta la base del mismo. Realmente ese glaciar es espectacular. El verde de la zona, con el azul del cielo completamente despejado, el blanco del glaciar y el verde del agua de deshielo (toma ese color ya que arrastra minerales en su camino) era increíble. Después de la contemplación emprendimos el sendero al Lago. En el mismo, una vista impecable.



domingo, 16 de julio de 2006

Buscar y encontrar

Parece mentira, pero hay veces que nada importa. No importa cuantas veces pienses en que una situación se va a dar de una manera, cuando ya sabés el desenlace aunque estudies mentalmente las mil maneras y vericuetos posibles que se te ocurran. Ya sabés la definición, te guste o no. Y te comés la mente, a morir. Y diría que hasta hay un dejo de sufrimiento interior. Eso tampoco importa. Pero lo que si importa son los mandatos. Los mandatos suelen ser infalibles, en tiempo y forma. Si excediste lo pactado, se pudre el rancho. Y ahi agarrate. Por qué no lo podés hacer? Porque en el pasado nunca se hizo, cómo justo a vos se te va a ocurrir superar los plazos? Pero estás enfermo o qué te pasa? "Yo te avisé, y vos no me escuchaste", para decirlo musicalmente hablando. Claro... si el resultado estaba a la vista, puede uno ser tan necio con uno mismo y no darse la chance de ser diferente? De buscar alterar el mapa de caracteres que viene impreso desde la cuna? Se puede ser culpable de elegir diferente? Me parece que los jueces no están preparados para eso. Al menos después de sentenciar casos a su favor, y evitar que salte la banca porque sale el cero.Pero puede pasar. Me atrevería a decir que al menos una vez pasó. Y? Con qué nos quedamos? Nos quedamos con las estructuras y los prototipos, con las reglas y los deberes, con las presiones y los "tenés que". Es necesario? En tiempos de libertades individuales, de vuelos imaginativos, de expresiones no prefabricadas, te encarcelan el alma con barrotes de cristal. Barrotes tan gruesos que ninguna lima podrá quebrar. Esos barrotes que quisieras devorar con tal de correr al horizonte. Y tan solo (segunda referencia musical, pura casualidad) resta pensar. Dejar correr las rutas de la mente hacia el infinito... que lo toquen y vuelvan mil veces. Convencerse de que la verdad absoluta no existe, y sí las distintas acepciones de la misma. Dejar el egoísmo de lado y aceptar las alternativas, aunque no estén en mente, aunque sean desconocidas. Arriesgarse. Arrojarse si también es necesario. Si la llave no está cerca, meter los dedos en la arena hasta tocar el frío cobre que te llena de vida.Supongo que, a pesar de todo, la rigidez y lo que se debe terminan levantando la Copa. Y el resto nada. Nadie se acuerda de los segundos. Está confirmado. Nadie se acuerda de las opciones. De los distintos caminos, errantes o no. Se pierden, se desvanecen, se olvidan...se borran de la memoria. Y vos... vos tragás saliva. Una vez más, y van...Los pulmones te piden aire, la cabeza te pide paz, y el corazón resiste. Los augurios de placer pueden tan sólo ser letras encadenadas, y nada más. Pensabas escapar al sistema? Pensabas volar sin alas? Te equivocaste... pero no por soñador. Por ignorante diría yo. Porque una tijera filosa vale más que mil ideas.Porque ya a ésta altura deberías saber, que nadie puede volar con las alas rotas.

Tarde de Martes

El tipo parece haberse sentado hace horas. El escalón de la morada que yace a sus espaldas está frío. En Junio nunca podría pretender un escalón cálido, ni siquiera tibio. La barba de varios días le inunda la cara casi al mismo tiempo que el viento erosiona su cara y sus manos. Su perro tampoco es Lassie, ni mucho menos. Es el siempre bien ponderado callejero, perro fiel, vago, relajado. Su nivel higiénico está en terapia intensiva. Pero el sigue inmóvil, cómo si el reloj biológico y temporal estuviera detenido hace tiempo. Quizás no prueba bocado hace tiempo. De hecho es lo más probable. Considero que su dueño (si es que realmente lo es) no tiene los medios como para hacerle llegar un trozo de bife, o algo similar. Es más, no se si este último llenará su plato algún día de la semana. Quizás tampoco tenga recipiente para llenar, lo cual ocupa más del 75% de la torta de las posibilidades. Esa situación a la cual, paulatinamente, o quizás demasiado de repente, nos terminamos acostumbrando, como a lavarnos los dientes, a opinar de todo aunque no sepamos de qué se habla, a no pelear por nada mientras nos sea ajeno, y al "Algo habrá hecho...". Pero no es un dúo. El trío lo completa una pequeña radio de la cual sólo se escuchan murmullos de AM. Palabras cortadas, o melodías lluviosas, que también denotan información extra sobre el oyente.Toda la escena está inmersa en un contexto oscuro, sea de noche o de día, aunque yo solo la contemplé con la luna como testigo. La misma escena de la cual hablo se repite semanalmente, un rato antes de la cena. La primera vez fue noticia, la segunda la creí casualidad, la tercera la marqué como hábito, y la cuarta.. la cuarta ya fue distinta... la invasión de congoja es inevitable. La sensación de pérdida en esa instantánea de los últimos pasos hacia la entrada del lugar parece el prólogo del análisis mental posterior. Los trastes y las armonías musicales en el tiempo que sigue harán distraer la mente, que nunca se olvida de esos ojos que se pierden en la noche.... de esa vista que no se anima a mirar a la cara... de esa inmovilidad... y de esa alma que se perdió, quien sabe por culpa de quién.Se me ocurrirán miles de respuestas posibles. Desamores, desencuentros, desempleo, desinterés... Y creo que nunca daré en la tecla. En realidad no se si me interesa saberlo, me conformaría con que ese Déja Vú ocurra con menos frecuencia.

De Hospitales e Intervenciones

No son sensaciones muy gratas. Desde el mismo momento en qué el tipo te cuenta cuál es el problema y qué es lo que hay que hacer. Ya ahí te sentís para la mierda. Para colmo a él, como está acostumbrado, le parece lo más normal del mundo, y a vos parece que se te cae encima un piano desde un piso quince. Que se yo. Es una buena frialdad la de algunos. Ojalá cada uno de nosotros tuviera esa dosis para otro tipo de cosas, en distintas situaciones de la vida.Después te dice todo lo que tenés que hacer en la previa. Todo depende de qué problema tenés, ahi descansa la cuestión. Porque te puede tocar ayuno, te puede tocar medicación, te puede tocar tomarte una mezcla tipo brebaje que te limpia hasta el apellido, y qué se yo cuántas otras alternativas distintas te puede ofrecer el Sr./Sra. de guardapolvo blanco con el diploma colgado a sus espaldas.El papelucho que te da con su firma, sello y matrícula lo tenés que hacer pasar por otras manos que supuestamente lo "autorizan" a los efectos del uso. No se si pasó alguna vez que no lo autorizaran, pero no se me ocurren razones por las cuales podrían no hacerlo, asi que no se el porqué de ésta etapa. Aclaro: también en este estadío puede pasar que la manga de inoperantes que "trabajan" en las obras sociales te aseguran que el papeloide va a estar listo para tal día, y tal día cuando vos [agregado al cagazo padre que tenes por tu problema y por el tramontinazo que te están por aplicar] estás esperando dicha autorización, te quedas con las manos vacías y el culo en la mano.Finalmente, tenés todo. Estás listo para el sometimiento final. La parte más jodida de todas. Aca también tenés dos alternativas (esto ya se está convirtiendo en una especie de "Elige tu propia aventura"): podés tener "local" o "total". La local es como la versión soft. Te calma el, digamos, punto G de ésta cuestión, para que lo pases bien, no te duela, y de yapa escuches todos esos términos y diálogos inapropiados que te encantan, más en estos momentos. Y la otra te duerme, te funde, parece que te estuvieran dando un calmante para dormir a un toro campeón, esos con el anillo en la nariz. Y que Dios te ayude. Se te empieza a dar vuelta el mundo, y caes rendido con el suero puesto. Eso si, cuando te despertás a los cachetazos, supuestamente, no sentiste nada y parece que te arrancaron un pedazo de memoria. Un poco shockeante para mi gusto. Te tienden en la sábana celeste o blanca según la ocasión, y empieza el trabajo fino. Y ahi entregáte a Cristo/Jehová/Alá y todos los dioses en los que creas. Si se pueden sumar los Apóstoles también.Y bueno, después a lo sumo te hacen esperar un resultado, un análisis, una prueba... esa es la peor parte de todas me parece. Pero bueno, para qué te la voy a comentar. Seguro, alguna vez te pasó. Y si no, dale "grass grass grass, gracias al cieloooo".

Destino

Sus horarios laborales no permitían encuentros diurnos. Por lo tanto, eligieron un horario acorde. 30 minutos después de un día de trabajo era bastante prudente. El tipo había llegado temprano. Había dejado su abrigo, pagando por esa guardia apenas unos centavos. No reparó en la hora, pero no eran las diez aún. Faltaban algo así como 15 largos minutos. Ella había prometido ser puntual. Su delicada voz no parecía mentir a través de la línea, pero ni siquiera él sabía cuanto de cierto había en esas afirmaciones tan tibias. Mientras, el mozo le ofreció la carta, incluso le preguntó si tenía algún plato pre-seleccionado para ya tomar su orden, pero recibió una negativa como respuesta. Él dijo que esperaba a alguien, como la mayoría de las veces sucede en cualquier relato naif (y éste no será la excepción). Prefirió empezar por un Martini seco. Mirando las miradas críticas a su alrededor, arreglando el cuello de su camisa constantemente, casi como inquieto, notó que 5 minutos más habían transcurrido en su reloj inglés.Su móvil sonó un par de veces, hasta que se decidió a atender, no sin antes mirar en varias oportunidades a su alrededor. Ese no hubiera sido un buen momento para que ella llegase. Al ver quien llamaba se tranquilizó un poco más. Era uno de sus cómplices amigos, que lo esperaba junto con otros más para ir de bares, y disfrutar la noche con otros programas que no hacian referencia a una cena con velas. Pero alegó dolor de cabeza. Su amigo se quedó con que estaba en casa recostado en su cama esperando que se le pase la migraña.Los siguientes 30 minutos alternaron entre imágenes, sentimientos, aromas e ideas. Suposiciones fueron muchas, pero certezas no tantas. El mozo volvió a acercarse, quizás lo notaba hambriento. Pero ausente como su invitada, estaba su apetito. Ya un poco enajenado, le pidió otro Martini, al siguieron tres más durante media hora más a la par de un atado de cigarrillos. El Jazz de fondo no suavizaba la espera, y el segundero del reloj parecía verdugo de su propia paciencia.Sin cena ni conversación, sin compañía ni sobremesa, sumido en la depresión por una nueva desilusión, se apagó en la almohada de su cuarto, y olvidó los motivos que lo habían llevado a ese restaurant. Simplemente aún sentía que algunas cosas eran posibles, pero el golpe fue demasiado rotundo. El destino había separado lo que el hombre quería unir. Los matutinos del siguiente día, dirían que una mujer había cruzado en rojo con su auto, perdiendo el control y dejando su vida en el pavimento. A dónde iría tan apurada?

Octavos de Final CTL 06

Sí se puede.El Pacaembú explotaba de gente. Todos daban a los brasileros como ganadores de la llave. Ya sabían que Libertad había pasado y nada más restaba disfrutar el partido, y hacer planes para disfrutar la victoria. "Carlitos" bailaría, y la gente deliraría de fútbol.Pero no todo salió como lo planeado. A pesar del primer resultado, algunos pensabamos que se podía. Y se pudo. Se pudo opacar al diez, con un defensor que se agigantó en tierras paulistas. Se pudo enmudecer a un estadio con tres goles. Se pudo presionar todo el partido. Se pudo ir al frente y no meterse atrás. Se pudo demostrar que los nombres no son todo.Se pudo, y todavía se puede. Ahora, que pase el que sigue.

Momentos

Las llamas crecen, los fríos brotan, el espíritu se hunde. Las necesidades individuales explotan en cualquier momento y en cualquier lugar. Las explicaciones y los argumentos no son válidos para nadie, o al menos lo son, para unos pocos. Los efectos colaterales son los más difíciles. La caída libre parece no tener fin. ¿Lo tiene? Llega el punto en que el corazón y la mente se funden en una conclusión que devuelve la paz? Quien lo sabe. Quizás algunos lo saben, pero la experiencia indicará que sólo chocando de lleno contra el piso veremos la realidad.Sin embargo, los momentos siguen pasando, las sensaciones siguen fluyendo...pero más grande es el vacío, más grande es el espacio que necesita ser ocupado por creencias y valores perdidos en el horizonte del pasado. Parece ser que la realización individual no debe quedar en el olvido, al contrario, muchas veces debe ser una de las primeras prioridades, aunque no todos lo consideren así. El egoísmo debe surgir alguna vez para mostrar que algo existe interiormente, y que no todo lo que brilla es oro.

Tres para un café

Entraron caminando, como cualquier persona que entra a un café. Se sentaron mientras charlaban de cómo habían transcurrido estos días... en que tan sólo habían cruzado alguna que otra palabra. El sujeto de moño apareció y él le dijo "Qué tal? Un cortado por favor, y para ella una lágrima", luego de lo cual asintió con la cabeza hacia arriba y hacia abajo como verificando lo que nuestro hombre le había dicho. En silencio. La charla se extendió lo que tarda en llegar un café a una mesa. El tiempo necesario para ponerse al tanto de ciertas cosas, y descubrir otras... ni más ni menos que una charla de bar, cómo tantas otras a su alrededor. El actor de reparto llegó con la bandeja. Le sirvió a la señorita, que le agradeció con una sonrisa blanca en su rostro, y le sirvió al caballero, que veía salir humo de la taza, y buscaba alrededor de la misma el souvenir sólido que la casa le ofrecía para acompañar el café. Se fue sin decir nada, otra vez. Pero ésta vez los miró, pegando su bandeja al pecho, esperando otro "Gracias", que no demoró en llegar y que indicaba que ya era momento de partir de la zona de impacto. Redireccionó su mirada en otras coordenadas, y sus impulsos cerebrales le indicaron a sus piernas que debía moverse de allí inmediatamente. Él creía estar haciéndolo bien.Concluyendo, y después de aproximadamente tres cuartos de hora, más/menos 10 minutos, pidieron la suma final, la cuenta, el precio de su tiempo con un café de por medio. Sus zapatos faltos de lustre llegaron vacilando hasta la mesa. Dejó caer el papel con la "última palabra", lo suficientemente cerca de alguna de las 4 manos que yacían sobre la madera, justo en medio de las tazas. No pudo relajarse, hasta creyó que comenzaba a transpirar, a sufrir... en vano quizás? Ambas billeteras amagaron con abrirse, entredicho de por medio, ella la guardó en su bolso nuevamente. Él tenía la última palabra. Le entregó al sujeto exactamente la cantidad (en moneda local) que indicaba la cuenta, no muy abultada por cierto. No le dio margen como para que se dirigiera al mostrador en busca de un vuelto... el arma letal de este tipo de personajes. Se fue con la cabeza gacha, la mirada al piso, y los billetes en el bolsillo. Pero no estaba todo perdido...Aun le quedaba una esperanza, ínfima, pero esperanza al fin. Quizás sus abrigos o su nostalgia al partir del lugar, les hiciera recapacitar... pensar... reflexionar... entender que "eso" ya es parte del asunto... viene incorporado, cual combo de comida chatarra. Los vio partir. Levantarse. Caminar. Abrir la puerta y alejarse del lugar. Cuánto más se alejaban, él más se acercaba sobre el rectángulo de roble.Una vez allí, comenzó la búsqueda interminable. Pero, mal que le pese, ni en las tazas, ni dentro del cenicero, ni bajo las servilletas....en ningún lado había rastros de cobre. Ni siquiera de la más pequeña denominación. Su mirada se volvió a opacar, y recogió los utensilios pensando en qué había salido mal. Si la bienvenida, si el durante, o si el desenlace. Especuló con mil maneras de resolver los interrogantes que los dos "inquilinos" anteriores le habían planteado en su mente.Levantó la cabeza, echó un vistazo, y divisó un hombre calvo, acompañado de una dama, y una pequeña infante. Un padre de familia, que sin vacilar, desde la otra punta del local, fue sin querer el encargado de revivir un rostro frío y gris. Sólo bastó una palabra, un grito amigo, un sonido fiel, que le demostró que todavía podía esperar otra oportunidad, otra recompensa y muchas exclamaciones más como la de ese hombre que gritó...MOZO!

Por qué será?

Por qué será que es tan difícil conciliar un momento con uno mismo? Por qué será ciertos sentimientos brotan a flor de piel sin siquiera pedir permiso? Por qué será los impulsos valen más que mil actitudes premeditadas? Por qué será que ... ?Hay millones de por qué será. Pero por el momento me acordé de esos, aunque podría enumerar muchos más. Se me ocurrieron algunas respuestas, pero ninguna me satisface. Pasan por la mente muchas variantes, pero ninguna da en la tecla. De todas maneras, creo que varias de las respuestas a esos interrogantes tienen mucho que ver con nuestro arcón de los recuerdos. Ese al que recurrimos en muchos buenos momentos, y con más frecuencia, en los malos. En aquellos en que necesitás aferrarte a algo para intentar dar vuelta otra situación, otra circunstancia. Igualmente, no siempre se puede. Tendemos a autosuperarnos en algunas cosas, por ejemplo, en el hostigamiento propio. No siempre los recuerdos te juegan a favor. No siempre la misma mente te juega a favor. El pensamiento es, quizás, la herramienta más imaginativa, ilimitada, y creativa que nos dieron. Lo que no nos explicaron es cómo se usa, cómo se ejercita, cómo se mantiene activo (aunque la psicología pretenda hacerlo o al menos darte una guía rápida). Eso queda en cada uno de nosotros. Y así salta a la vista la variedad. La diferencia de unos a otros, las distintas capacidades y alternativas que se guardan en nuestro interior, etc.Más allá de los recuerdos, más alla de las vivencias, más allá del presente y el futuro que imaginés... nunca está de más pensar algún "por qué será que...?" Quizás no encuentre nunca las respuestas a muchas preguntas que imaginé durante años, quizás ni siquiera me acerque a alguna deducción (lógica o no) de situaciones que se me ocurrieron en algún momento, pero bueno, nada de eso me quitará la idea de que alguien, en algún lado, apretó mal un botón, en el momento menos indicado, y ya no podemos volver atrás. Sólo queda preguntarnos por qué lo hizo.

Semana Santa 2006 : Cataratas

Las Cataratas son así. Agua y más agua... agua en el aire, agua en el río, agua en el piso. En fin, H2O por todos lados. Pero el agua no es lo único. Más que nada en feriados largos, como la pasada Semana Santa. Nos contaban que, junto con las vacaciones de invierno, es cuando más gente se espera por la zona. Y cuándo fui yo? Exacto, una de las dos veces en el año que este lugar rebalsa de gente. Es tremendo. Salen hasta desde adentro de los puestos que expenden líquidos y sólidos, desde atrás de los árboles, y emergen desde las mismas Cataratas del Iguazú.Iguazú en 1999 me había recibido de otra manera. Empezando por el 1 a 1, y con pleno Parque Nacional en construcción, a tal punto que ni había llegado a la ansiada "Garganta del Diablo", la cual finalmente pude visitar en 2006. Para ese entonces todo parecía más precario, menos organizado (y obviamente, menos explotado porque todos se iban a Miami, Brasil y Europa en vez de conocer nuestro "país bananero"), pero igualmente estaba bien cuidado. Ésta vez también pude ver la famosa "postal" del lado brasilero, pero sinceramente, me sigo quedado con las Cataratas Argentas. Porque en definitiva son más nuestras que de ellos. 70% vs 30%. Algo así como 1400 mts más de extensión a favor nuestro. Mucho Foz do Iguaçu, pero nuestro humilde Puerto se la banca más. No vamos a negar que quizás muchos prefieran a una garota antes que a una Misionera. Pero siempre hay excepciones, por ejemplo, la mujer simio de nacionalidad igual a la de Lula, que nos condujo ese medio día por su ciudad fronteriza y nos mostró el Parque.En fin, en la mente quedan las mismas imágenes, un poco insulsas viéndolas sin saber lo que se oye y lo que se mueve teniéndolas tan cerca. Quedan cortas a la hora de hablar de sensaciones, de cosas que quedan en la retina, de momentos únicos, etc. Quedan cortas cada vez que hablamos de todo lo bueno que tenemos en éste bendito país para conocer. Pero lo que no queda corto, es el hecho de que al menos la corrupción y la mentira que nos caracteriza, no afectan la naturaleza que Dios puso dentro de nuestros límites. Disfrutémosla. Porque quizás en otro momento, sea demasiado tarde.