domingo, 16 de julio de 2006

De Hospitales e Intervenciones

No son sensaciones muy gratas. Desde el mismo momento en qué el tipo te cuenta cuál es el problema y qué es lo que hay que hacer. Ya ahí te sentís para la mierda. Para colmo a él, como está acostumbrado, le parece lo más normal del mundo, y a vos parece que se te cae encima un piano desde un piso quince. Que se yo. Es una buena frialdad la de algunos. Ojalá cada uno de nosotros tuviera esa dosis para otro tipo de cosas, en distintas situaciones de la vida.Después te dice todo lo que tenés que hacer en la previa. Todo depende de qué problema tenés, ahi descansa la cuestión. Porque te puede tocar ayuno, te puede tocar medicación, te puede tocar tomarte una mezcla tipo brebaje que te limpia hasta el apellido, y qué se yo cuántas otras alternativas distintas te puede ofrecer el Sr./Sra. de guardapolvo blanco con el diploma colgado a sus espaldas.El papelucho que te da con su firma, sello y matrícula lo tenés que hacer pasar por otras manos que supuestamente lo "autorizan" a los efectos del uso. No se si pasó alguna vez que no lo autorizaran, pero no se me ocurren razones por las cuales podrían no hacerlo, asi que no se el porqué de ésta etapa. Aclaro: también en este estadío puede pasar que la manga de inoperantes que "trabajan" en las obras sociales te aseguran que el papeloide va a estar listo para tal día, y tal día cuando vos [agregado al cagazo padre que tenes por tu problema y por el tramontinazo que te están por aplicar] estás esperando dicha autorización, te quedas con las manos vacías y el culo en la mano.Finalmente, tenés todo. Estás listo para el sometimiento final. La parte más jodida de todas. Aca también tenés dos alternativas (esto ya se está convirtiendo en una especie de "Elige tu propia aventura"): podés tener "local" o "total". La local es como la versión soft. Te calma el, digamos, punto G de ésta cuestión, para que lo pases bien, no te duela, y de yapa escuches todos esos términos y diálogos inapropiados que te encantan, más en estos momentos. Y la otra te duerme, te funde, parece que te estuvieran dando un calmante para dormir a un toro campeón, esos con el anillo en la nariz. Y que Dios te ayude. Se te empieza a dar vuelta el mundo, y caes rendido con el suero puesto. Eso si, cuando te despertás a los cachetazos, supuestamente, no sentiste nada y parece que te arrancaron un pedazo de memoria. Un poco shockeante para mi gusto. Te tienden en la sábana celeste o blanca según la ocasión, y empieza el trabajo fino. Y ahi entregáte a Cristo/Jehová/Alá y todos los dioses en los que creas. Si se pueden sumar los Apóstoles también.Y bueno, después a lo sumo te hacen esperar un resultado, un análisis, una prueba... esa es la peor parte de todas me parece. Pero bueno, para qué te la voy a comentar. Seguro, alguna vez te pasó. Y si no, dale "grass grass grass, gracias al cieloooo".

No hay comentarios.:

Publicar un comentario