martes, 15 de abril de 2008

Flor




".
..Corriendo hasta temblar las piernas o sentado en la plaza estoy

Veo que necesito un poco de sol
Una luz sin fronteras. Un viento que sople, avive este Fuego, que alcanza a mi voz.
Un ritual sin condena, la voz de un amigo, un vaso de vino o un poco de amor... "






"...Busco, cambiar de rumbo Busco un poco de verdad,
Disfrutar lo pequeño,
Saborear lo esencial,
No ahogarme en el recuerdo,
No quedarme en la mitad,
Apostarle a algún sueño
Tal vez me pueda ayudar...

Quién sabe que es verdad?

Uniendo con puntos, se arma el dibujo...
El de mi voluntad Mi suerte y mi fé, en alguien mas.
Colores, eh tenido mejores,
Pero el tiempo yo se
Lo oscuro va a aclarar..."













domingo, 6 de abril de 2008

"Si quieren venir, que vengan...




...les presentaremos batalla". Tan simples palabras de una negra y ebria mente alcanzaron para despertar el exitismo de una plaza llena de argentinos, que había despertado la mañana del 2 de abril de 1982 con noticias favorables a la recuperación por parte del Ejército Argentino de los archipiélagos australes (Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Atlántico Sur) ocupadas por los británicos en 1833.



La situación del gobierno militar de Leopoldo Galtieri, se envolvía en un contexto demasiado desfavorable, marcado por todos los índices: económicos, políticos y sociales. Mientras los mecanismos de represión a todo nivel que fueron característica de la época seguían vigentes, el General no tuvo mejor idea que intentar este asalto a las islas para lograr recuperar el nivel de credibilidad frente a una sociedad totalmente descreída del discurso, y que ya comenzaba a mostrar signos de irreverencia, poco a poco, frente a ese modelo.


Así, el 2 de abril se puso en marcha la "Operación Rosario" y se produjo el desembarco y la recuperación momentánea de las Islas Malvinas. Del otro lado del océano, la situación política de Margaret Thatcher no era muy diferente a la de Galtieri. Su gobierno yacía frágil, y muchos sectores no veían con buenos ojos el conflicto en el Atlántico Sur. Sin embargo, la "dama de hierro" no vaciló. Tras lograr el OK de la diplomacia internacional, las Naciones Unidas, la Comunidad Económica Europea y los Estados Unidos para solicitar el retiro de las tropas argentinas; inició el proceso militarizado para liberar las Islas. El gobierno argentino se negó a entablar conversaciones que no derivaran en una transmisión de soberanía; y terminó pagando el precio de su necedad con las vidas de sus hombres.







Luego de casi un mes de haberse producido el desembarco, comenzaron los combates en tierra, agua y aire. El profesionalismo del ejército inglés acabó con cualquier ilusión nacionalista del gobierno de Galtieri. El 14 de junio se produce el "alto el fuego" y posterior rendición de la guarnición argentina en Puerto Stanley (capital de las Islas). La guerra se llevó la vida de 649 soldados argentinos. La mayoría de ellos, jóvenes entre 18 y 23 años que fueron enviados a la derrota segura; y que además de los ataques enemigos, sufrieron hambre y frío en sus peores dimensiones. La espera de la llegada inglesa, debilitó mucho la organización y claudicaron ante los combates posteriores. Soldados que tampoco fueron recompensados debidamente a su regreso a territorio nacional, y muchos de los cuales terminaron quitándose la vida ante la indiferencia de su gobierno y políticas de Estado tendientes a favorecerlos de acuerdo a su situación.







Los mismos que habían ido a gritar a la plaza en el comienzo de la guerra, fueron a pedir la destitución inmediata de Galtieri. Durante el conflicto, la sociedad se vio inmersa en una burbuja de información tergiversada fomentada por los medios de prensa asociados al gobierno militar que hacían ver una realidad alternativa... paralela... muy distante de la que se veía en el sur. Hoy en día se recuerdan los titulares tales como: "Estamos ganando!" y programas de televisión en los cuales se hacían donaciones de dinero y bienes para recaudar fondos en pos del conflicto.

En la actualidad, Argentina sigue reclamando los archipiélagos como parte de su tierra, entendiendo que se encuentran ilegalmente ocupados por una potencia invasora. Junto con el reclamo de soberanía, el gobierno debería tener un poco más en cuenta el pasado de los ex-combatientes, sus condiciones de vida en la posguerra, y atender el reclamo de dignidad de los veteranos de guerra.


sábado, 5 de abril de 2008

1 año sin Fuentealba

El 5 de octubre de 2007 en este mismo blog (más precisamente en "Las Bases") intenté esbozar algunos conceptos sobre educación. Nombré en él a Carlos Fuentealba, docente asesinado en Neuquén, hace un año de hoy, en una movilización gremial por reclamos salariales, justos y correspondientes, aunque no correspondidos (raro, no?). En ese momento a alguien le "molestó" que un tipo que realiza uno de los trabajos más dignos en cuanto a la formación social y cultural de una persona, reclamara por mejoras en su ingreso mensual, y no tuvo mejor idea que soltar un tiro desde un arma, guiado e influído por órdenes superiores de vaya a saber uno qué mente brillante. Ya sabemos que en éste país no está permitido pensar. O no al menos incentivar cada día y fomentar económicamente el trabajo de los que nos enseñan a pensar todos los días en los miles de establecimientos nacionales a lo largo y a lo ancho del territorio.

Pasado el tiempo mencionado, lamentablemente no podemos hablar de que se ha hecho justicia con los responsables de este asesinato, sino que hasta tuvimos que admitir que se postulen a una presidencia de la nación y que se identifiquen con ciertos grupos de la vida política argentina con los que cohesionan y comparten ideas, dejando en el olvido todo aquello que hiciera referencia a éste caso.

Así como muchos olvidaron o quisieron olvidar (o simplemente mirar al costado) lo que pasó con Carlos porque era prudente, espero que el resto de la composición social que nos rodea no lo omita. Porque sería un caso más en la larga lista de noticias que se ven tapadas con nuevos problemas. Con la diferencia que éstos son hechos que marcan definitivamente una cicatriz en la estructura, imposible de ser pasada por alto.

Bastaría con que la imagen de Carlos siga fijada en la memoria y se siga pidiendo justicia, diariamente. Bastaría con que Fuentealba no sea otro Kosteki, Santillán, Julio López ó Cabezas, y varios etc más. Bastaría con acordarse que al final siempre nos preguntamos por qué nos pasan las cosas.