martes, 30 de octubre de 2007

Haciendo historia, otra vez

Eran los albores de los '80, cuando después de que un borracho se sacara las ganas de ver correr sangre gratuitamente, volvían a primera plana esas cajitas de cartón con una abertura en uno de sus costados. Había sido algo más de un lustro completamente oscuro, y la luz parecía asomar al final del túnel.

El pueblo completó y desbordó la Plaza de Mayo, con fervientes gritos y emociones contenidas muy dentro de cada uno. Esa Plaza que desde hacía tiempo veía mujeres con pañuelos blancos en la cabeza que seguían buscando a sus hijos. Raúl Alfonsín fue el encargado de retomar el rumbo democrático que ya padecía de invalidez en nuestro país. Vencía a Italo Luder con un gran espaldarazo de votos que superó el 50%. El gobierno de Alfonsín se recuerda principalmente por haber sido una de las mayores esperanzas en ese regreso a la democracia, y por las continuas sublevaciones militares que hicieron temblar nuevamente la estructura de éste sistema. También datan de esa época, las nefastas leyes de Obediencia Debida y Punto Final, declaradas nulas por la Corte Suprema en 2005. Alfonsín, sofocado por la hiperinflación que azotaba sobre el final de los '80, la continua caída en la situación social y económica de la población y su gravitante derrota electoral, adelantó la entrega del poder, alejándose del sillón de Rivadavia en julio de 1989.

Allí llegó Carlos Saúl. El "caudillo" riojano asume la presidencia el 8 de julio, con una victoria en las urnas de la mano del 47% de los argentinos (venciendo a la principal fórmula opositora, encabezada por Angeloz), prometiendo arremangarse, y enbanderado en la "Revolución Productiva" y el "Salariazo". A los efectos de reducir la inflación y el caos que se vivía en el país, ya con la gestión de Cavallo, se implanta el denominado "Plan de Convertibilidad" en el cuál el Banco Central debía respaldar la emisión de cada peso convertible con sus reservas en dólares. Cada dólar equivalía a un peso convertible. Las medidas lograron revertir la situación inflacionaria, y dar una sensación de estabilidad, la cual fue el marco ideal para la entrada de capitales extranjeros sin ningún tipo de restricciones y la apertura de mercados financieros y nuevas inversiones. A la vez, las empresas del Estado pasaban a manos privadas sin ningún tipo de regulación, entre los cuales encontramos, además de las empresas de servicios públicos, a los ferrocarriles y el petróleo. Los despidos se iban multiplicando exponencialmente, aumentando también los índices de subocupación, trabajo en negro, pobreza e indigencia. Partiendo de la clase media, se accedió a todo tipo de bienes de consumo, automotores, y vacaciones en el exterior a menor costo que en nuestra propia tierra. Estabamos tocando el cielo con las manos. A costa de qué? Los '90 nos costaron caros. Nos olvidamos de algunas palabras del diccionario como "dignidad" e "industrialización". El olor a dólar podía superar cualquier otra cosa. Miami estaba más cerca que Rosario, a pesar de lo que dijera Fito Páez. Conocimos la Embajada de Israel y la AMIA del modo no más feliz.

Ya en 1995, el presidente va por su reelección junto con Eduardo Duhalde, consiguiendo el 47% de los votos, aventajando por más de 20 puntos porcentuales a la fórmula Frepasista de José Octavio Bordón y Chacho Alvarez, nueva esperanza del sector progresista. El Menemato se establecía hasta la eternidad, o al menos eso intentaba. Los casos de corrupción se multiplicaron y la popularidad del primer mandatario empezó a decaer. Diciembre de 1999 vio el final de la segunda presidencia. El pueblo parecía haberse cansado de la burbuja en la cual estabamos inmersos. Se aproximaban tiempos de cambio. O no?

Para vencer a Carlitos y su aparato era necesaria la unión de las fuerzas. Eso fue lo que creyeron conveniente varios sectores del FREPASO y la UCR y dieron nacimiento a la denominada "Alianza", la cual presentó la fórmula de la ilusión patriota, De la Rúa - Chacho Alvarez (iba por la revancha del '95). Alfonsín, Terragno y Graciela Fernández Meijide iban por detrás de los candidatos, encabezando el intento de cambio. El 48,7% de los votos de la Alianza pudo más que Duhalde - "Palito" Ortega. El nuevo gobierno debía encarar los ya crecidos índices de desempleo y déficit fiscal, hacia los cuales apuntaron los principales cañones de su gestión. José Luis Machinea primero, Ricardo López Murphy y por último el regresado Domingo Cavallo negociaron paquetes económicos con el FMI para poder escapar al ahogo que representaba la soga al cuello de la deuda externa. Vienen rápidamente a la mente el "Megacanje" y el "Blindaje" de 2001. López Murphy, en sólo 15 días de gestión, tuvo la brillante idea de sanear la economía mediante un gran ajuste del gasto público, recortando fondos de Educación y Salud. Lo que se dice un gran ejemplo. Se fue por donde vino. El vicepresidente, huyó declarando ante la opinión pública el carácter indeclinable de su renuncia, debido a casos de corrupción en el Senado por leyes de Flexibilización Laboral. Hostigado por las presiones financieras externas y la complicada situación interna, el gobierno logra la aprobación de la Ley de Intangibilidad de Depósitos Bancarios, a fines de año 2001, mediante lo cual la situación estalla definitivamente. La clase media, sintiéndose tocada y ultrajada, se vuelca a las calles espontáneamente pidiendo a gritos la renuncia del Ministro de Economía y el Presidente de la Nación, quién no tiene mejor idea que dictar el Estado de Sitio la noche del 19 de diciembre. El 20 de diciembre, por la noche, huye en helicóptero de la Casa Rosada, tras una jornada nefasta de violencia y saqueos en todo el territorio argentino.

Asume la presidencia el presidente del Senado, el misionero Ramón Puerta. En los días sucesivos, la Asamblea Legislativa (con mayoría justicialista) elige al puntano Adolfo Rodriguez Saá para suceder a Puerta. En tal sólo unas horas, "el Adolfo" proclama un discurso prolijo de varias páginas en la Cámara de Diputados por Cadena Nacional anunciando el Default, la cesación de pagos. Argentina no pagará la Deuda Externa. Todos aplauden exitistas. En esa semana, una importante ala del partido justicialista le quita su apoyo al entender que el elegido pretendía perpetuarse en el poder hasta el final del mandato de De la Rúa en lugar de llamar prontamente a elecciones; y lo mismo hacen distintos sectores del empresariado. Aventajándose a lo que viene, Ramón Puerta desiste de su puesto a la cabeza del Senado, y a continuación, Rodriguez Saá renuncia a la presidencia de la Nación. Todo queda en manos del presidente de la Cámara de Diputados, Alberto Camaño, quien logra la transición final en los días subsiguientes ante la nueva elección del Poder Legislativo.

Eduardo Duhalde, así, asume en medio de la peor crisis de la historia constitucional y estructural Argentina. "El que depositó dólares, recibirá dólares. El que depositó pesos, recibirá pesos". El slogan retumba fuerte en la Cámara Baja y todos abundan en ilusiones. Es la época de la devaluación del peso argentino, tras 11 años de Convertibilidad Menemista. Son los tiempos de los patacones, quebracho, lecop y demás letras con valor de cambio. Es el peor momento en lo que hace a recesión y desocupación de toda la historia, con algo más del 20% de desocupados. Con Remes Lenicov todavía como Ministro de Economía, el dólar trepa hasta los $4 y Antonio Laje pronostica que en diciembre del 2002 cotizará en $10. Se instalan los Planes de Jefes y Jefas de hogar, como una suerte de subsidio a los que menos tienen. Se pulveriza con estos Planes la cultura del trabajo en nuestro país. Con la situación semi-controlada a fines de ese año, Duhalde llama a elecciones dando su apoyo, yendo contra su pasado, al santacruceño Néstor Kirchner, que se mide con Carlos Menem en 2003.

En abril de 2003, Kirchner pierde la primera vuelta de las elecciones presidenciales, alcanzando un 22% del total de los votos, frente al 24% de Menem. Se plantea un escenario de Ballotage, y ante la inminente derrota, el riojano se baja de la segunda vuelta y Kirchner accede al sillón, con Daniel Scioli a su lado. La UCR realiza la peor elección de su historia obteniendo apenas el 2% de los votos. El sureño asume siguiendo las principales bases de su predecesor, manteniendo al equipo económico al frente del ministerio. Mediante las exportaciones, se propulsa el crecimiento del PBI y los índices de pobreza y desocupación comienzan a ceder. Rápidamente se destaca el interés del nuevo presidente por las políticas de Derechos Humanos y en su proceso presidencial se anulan las Leyes de Obediencia Debida y Punto Final. A un año de finalizar su mandato, se produce el juicio al ex-comisario y represor Miguel Etchecolatz, donde se lo condena a prisión perpetua y se produce la desaparición de uno de los testigos clave; Julio López. Salen a la luz casos de corrupción como el caso Skanska, y la bolsa de dólares de la ex Ministra Miceli. Se produce un notable acercamiento a algunos líderes latinoamericanos como Hugo Chávez y Evo Morales, y se enfrían las relaciones con USA. El gobierno cancela la totalidad de la deuda con el FMI en 2006.

En todo este marco histórico, nos llegó nuevamente la oportunidad de elegir. Contando con más de 24 años ininterrumpidos de democracia, con tantas cosas para analizar, con tantos defectos y virtudes de este sistema y de los líderes que lideraron el rumbo de nuestro país, las urnas volvieron a aparecer ayer, 28 de octubre. La candidata oficial, humilló en primera vuelta con más del 44% de los votos, con más de 20 de diferencia sobre Elisa Carrió y su Coalición Cívica (en su tercer intento por alcanzar la presidencia y con la promesa de no volver a intentarlo tras su derrota). El Ministro de Economía que logró manejar la situación en 2002, alcanza el 16% de los votos para completar el podio. Se destaca que el cineasta Pino Solanas obtiene más puntos que el devaluadísimo López Murphy y su RECREAR. Macri mira de reojo pensando en 2011. Daniel Scioli, nuevo gobernador de la provincia de Bs As con similares porcentajes de la presidenta electa.

Sensaciones diversas el día posterior. Nadie votó al oficialismo, a pesar del abultado porcentaje. Sospechas de fraude por falta de boletas en las mesas de muchos puntos del país, y por primera vez en la historia extensión del horario de sufragio hasta las 19 en Capital Federal por las notables demoras para emitir voto durante todo el domingo. La clase media vaticina una nueva debacle económica y política, quizás, sin fundamentos. La inflación en vísperas de ser controlada o de seguir creciendo. El INDEC, como organismo más cuestionado del momento. La construcción en su máxima expresión y esplendor de los últimos tiempos. El tomate y la calabaza siendo boicoteados por los consumidores debido a sus dantescos precios. Y más.

La realidad indica que debemos esperar. El 10 de diciembre se inicia una nueva etapa en la Argentina. Más allá de todo, de las diferencias, de los disgustos, de los aciertos y desaciertos electorales, creo que deberíamos acordarnos más seguido, el costo que tuvo en nuestra nación el hecho de poder volver a elegir qué es lo que queremos para nuestro futuro, equivocados o no. Mucho tiempo tuvo que pasar para que la gente volviera a ser protagonista. Mucha sangre corrió antes de que un sobre volviera a tener una boleta de papel de diario en su interior. Mucha gente es la que hoy se sentiría orgullosa de ir a votar, no como tantos otros que lo sienten como una carga la hora de hacerlo. Ya ha sido comprobado más de una vez, que este país no tiene memoria.

miércoles, 24 de octubre de 2007

El día es todos los días

Te dio la mano cuando diste el primer paso. Ese paso que significó más que unos metros. Te llevo con la misma mano el primer día de clases, cuando le pedías a gritos que se quede con vos mientras movía los dedos de un lado para el otro alejándose de a poco tratando de inspirarte confianza. Te dijo que "no toques eso" y "salí de ahi" para que no te lastimaras. Te lo repitió mil veces pero igual lo seguías intentando, y reprochándole cada grito que te daba con el ceño fruncido y el dedo índice acusándote de culpable. Te pidió que no le aceptes caramelos a extraños, ni te sueltes para cruzar la calle. Creíste varios años que el Ratón Peréz era un roedor bondadoso que no quería otra cosa más que tus dientes. Que Papá Noel te iba a traer algo si te portabas bien en casa y hacias la tarea. Y los Reyes Magos también, siempre y cuando pusieras el pasto al lado de los zapatos. Te dijo que la mentira tiene patas cortas. También que los amigos de verdad se cuentan con los dedos de las manos (y que la canción de Roberto Carlos es tan sólo un mito). Llevarle el boletín era todo un desafío, que ponía muchas cosas en juego cada vez que lo tenía en las manos. Nunca entendiste por qué había que hacer una digestión tan larga antes de entrar a la pileta en pleno Enero y con 35 grados de calor, pero ni se te ocurría obviarla. Seguramente le habrás robado algunas monedas en todas esas veces que te mandó a comprar algo, sabiendo positivamente que nunca te los iba a reclamar. Después también supo decirte que te cuidaras al salir de noche. Cómo no escuchabas las cosas que pasaban en el noticiero. Muchas veces que pediste permiso te escupió un lapidario "Hacé lo que quieras", devolviéndote la pelota e intimándote a decidir. Siempre elegías lo contrario a lo que pretendía, pero bueno, así lo quiso, no? Te hubiera dicho que no y listo. También hubo veces que no te entendió. No siempre supo qué te pasaba ni lo que pensabas. Pero intentaba inferirlo. De todas las maneras posibles, evitando la forma directa. Cuando conoció a tu novio/a, te dijo que no le gustaba como se vestía, o simplemente que no era un tipo para vos. Tacto que le dicen. Te dijo que tuvieras cuidado, que hay errores que podías lamentar por el resto de tu vida. Que no te apuraras. Te pidió que no quemaras etapas.

Varias veces fuiste responsable de su llanto. Pero, paradójicamente, el día que más lloró fue cuando te vio por primera vez. Y lloró muchas veces mientras crecías y de a poco sentía como esa mano se iba soltando poco a poco. También sonrió muchas veces y mostró esa sonrisa llena de orgullo. Habrás sentido alguna vez que estaba con vos, aunque no la pudieras ver cerca tuyo.
Siempre habló bien de vos. Rara vez te iba a criticar adelante de otros, aunque siempre había excepciones.

Es única e irreemplazable. Un gesto tuyo le vale más que mil palabras. Y si no lo creeés, ya vas a ver cuando tengas hijos...


Feliz Día, ma.-

Menú a la carta

Tiene frustraciones. A ésta altura me atrevería a decir que demasiadas, cuando todavía quedan muchas otras haciendo la fila esperando lucirse. Tiene sentimientos. Varios. Cataratas de necesidades y sensaciones. Quiere patear el tablero de una vez por todas y que el juego vuelva a empezar de una buena vez. Tiene sueños, más allá del abrigo de su cama. Sueños que van tomando distancia. Respetuosa y considerable distancia. Tiene opciones.En todas las encuestas figura como un indeciso empedernido. Especulador. Pero sensato. Tiene ganas. Muchas. Quiere romper el tejido de alambre que lo circunda. Quiere ser libre, como en aquellos tiempos claros, de juegos y canciones, letras de colores y espejismos no tan ambiguos. Ya le apreta el cinturón. No puede aflojarlo. Necesita todo, pero parece no necesitar nada. Sus gritos se pierden en la inmensidad y retumban hasta extinguirse. Tiene errores. De todas las variedades. Se pregunta si son tantos y si son necesarios. No encuentra la respuesta en las páginas de atrás. La solución parece no estar tan a la vista. Tiene imaginación. Imágenes. Ajenas. Amenas. Tiene amenazas. Autocríticas. Imprevistas. Tiene precio. Como todo en este mundo. Tiene dolor. Mucho. Tiene pero no quiere. Quisiera no tener muchas cosas de las que ya tiene. Quisiera tener muchas de las cosas que quiere; pero no tiene. El secreto radica en la receta. Ingredientes sobran, pero faltan combinaciones.

jueves, 11 de octubre de 2007

Gira

  • 20/10: Soda en River
  • 4/11: Villanos en el N/D Ateneo
  • 9/11: Pampa Yakuza en The Roxy
  • 17/11: Las Pelotas en The Roxy
  • 24/11: El Bordo en Ferro Auxiliar
  • 4/12: Divididos en La Trastienda
  • 8/12: Catupecu en el Gran Rex
  • 14/12: Divididos en The Roxy
  • 21/12: Divididos en El Teatro Flores
Jodida seguidilla. Jodida inversión. Jodido Rock.

A quienes gusten, acompañadme!

viernes, 5 de octubre de 2007

Las bases

No sólo se trata de barbaridades la facultad. Bah, no solo la facultad. En mi época de colegio, también disfruté/sufrí otros tantos desencuentros pero nada grave a decir verdad. Las desventuras, como todo en la vida tienen su equilibrio, y aunque en menor medida, puedo rescatar el vaso medio lleno del núcleo educativo que balancea dentro de esta ecuación tan particular.

Siempre digo que ser maestro y/o profesor (trato de no usar la palabra docente, porque descreo de su amplitud abarcativa hacia el género) es una vocación. Definitivamente, y lo remarco. Sin embargo, también digo que esa vocación tiene varias maneras de aplicarse. Desde la sinceridad y la humanidad de la paciencia individual de cada corazón, hasta la exasperación de los gritos y los castigos, vitalizados por una fuerte represión y amedrentamiento del alumnado, pasando lógicamente por algunos grises tenues entre ambos extremos. Tenemos al ejemplar que explica todo, doscientas veces a las cerradas - y necias - mentes infantiles o adolescentes que no logran entender lo que se les plantea. Y allí va el noble profesor o maestro (generalizando también a maestras y profesoras, sin tener que volver a aclararlo en adelante), a penetrar esa mente en blanco que lo mira con cara de nada. Aquel profesor que enaltecerá su orgullo cuando la blanca palomita demuestre en los papeles que todo ha quedado claro, y que pase el tema que sigue!
Y después el polo sur de este ejemplar, su perfecto contrapunto, el tipo que repite los puntos del programa, y no se detendrá ni ante un terremoto de grado 8 en la escala de Richter para explicar nada. El alumno estudia, retiene y aprueba. O no. Y si no, Marzo. Y si no, repite. Y a otra cosa. Son estilos, vio?. Como los estilos de jefe. Uno no lo elige, más bien acepta lo que trae el paquete y se encomienda a las manos de Dios, como en otros tantos ámbitos de la vida.

Después de todo nos va quedando claro que la educación (junto con la salud) es la base de una sociedad. De una sociedad en serio. De una sociedad con ansias de progreso, y estabilidad. De una sociedad interesada en la cultura, en cualquiera de sus facetas de expresión. De una sociedad que pueda pensar por sí misma y no necesite de clientelismo barato ni de pseudo-líderes a la criolla. Una sociedad independiente es la que fomenta su progreso y confía en sus posibiilidades, sabiendo a qué se atiene y no permitiendo ser pasada por encima por el primer cretino que lo intente. Una sociedad de ese estilo es la base de la nación en la que a todos - o mejor dicho, a casi todos - nos gustaría vivir. Esa nación en la que uno está orgulloso de pertenecer, de ser parte, y de haberla heredado.

Los tiempos que corren no hablan de esa sociedad. Además de hipócrita y descomprometida, nuestra sociedad se encarga de que nos avergoncemos la mayoría de las veces que tenemos que hablar de ella, por todos los pecados cometidos y por cometer. Salvo contadas excepciones, tenemos que agachar la cabeza cuando miramos a nuestro alrededor o en nuestro interior social para examinarnos. Se suele recurrir a la tan trillada frase : "qué país de mierda". Alguna vez nos planteamos que el país se forma desde nosotros? La mierda no estará primero en la base hasta lograr efectos de altura y llegar a la cúspide? Me parece que las plantas no crecen de arriba hacia abajo, si no a la perfecta inversa. Esos que nos roban con tanto estilo y calidad de servicio desde las más altas esferas sociales y de poder económico y político, no hacen más que representar las más profundas miserias individuales que nos invaden diariamente en cada uno de los mundos personales que atravesamos. Esos detalles que nos hacen más "vivos" que otros porque siempre vemos la ventaja en todo, sin mirar al costado para ver qué pasa. Y así nos va.

Retomando el tema, he tenido la suerte y la desgracia de toparme con ambos profesores. El perfecto imbécil que entra al aula, saluda, se sienta, y dice textualmente (y levante la mano el que nunca lo escuchó antes): "Abran el libro en la página 45". Y empieza el show de recitada más absurdo que te ha tocado escuchar. Todo es por definición y sin argumentos racionales para clarificar la situación. No es nada grato presenciar esto a las 9 de la noche, después de haber laburado todo el día y observando cómo lentamente ese hijo de puta te roba el tiempo, la dignidad, y le roba plata al Estado, como si le robara un caramelo a un bebé. Pero claro, después tiene el tupé de decir que a los maestros no les pagan bien, que lo que hace lo hace porque le gusta, porque si es por la plata, ni vendría a la facultad; y es el primero en adherirse a los paros y hablar de moral y ética. Por mi que se quede en casa, y ni me haga perder el tiempo. No es más fácil que la primera clase diga lo que tenemos que estudiar y venga el día del parcial? Lástima me dan esos tipos.

Sin embargo, a pesar de convivir cada vez más con esa clase de "educadores" (como les encanta autodenominarse); tuve la suerte de enfrentarme con otra clase de ejemplares. Hombres y mujeres que desde el vamos me enseñaron el sentido del "aprender" y del "aprehender" (sí, con H, para los desprevenidos siempre hay un Pequeño Larousse Ilustrado cerca o un diccionario en el Google). Gente que sabe de la A a la Z de lo que está hablando, sea cual sea el tema, fundamentando, sosteniendo y persuadiendo con completo sentido de la coherencia y la razón. Personas que he visto emocionarse hablando de sus respectivas disciplinas, habiendo pasado dificultades de varias índoles pero seguir mirando hacia el horizonte con el mentón inquebrantable. Perseverantes en la generación de conciencia de la realidad y del espíritu crítico, real sentido de la educación verdadera. Esa que implica análisis y puntos de vista, opiniones, y no frases hechas y acotaciones sin sentido. Simplemente personas, a las que espero poder dedicarles algún día un diploma envuelto con una cinta con los colores de la bandera.
A través de su inagotable transferencia de conocimientos, intentan sentar las bases de lo que viene, con el único de fin de lograr cambiar lo que se heredó, e intentar empezar de nuevo, para que no tenga que agachar la cabeza. Para que logre sentir que se puede cambiar. Que se puede cambiar en serio, pero no por revolución, si no por evolución. Porque la revolución no está en las armas, sino en las mentes.

Hoy me pregunto a qué grupo de profesor pertenecería Carlos Fuentealba. Quizás lo podría haber averiguado si no lo hubieran callado. Si exigimos que la policía sea bien paga para estar satisfecha cuando hace su trabajo, y hacerlo bien; si pedimos que la labor política no sea excesivamente paga ya que fomenta la ambición de poder y ascender por el solo hecho de la acumulación de fortunas; intentemos también que los maestros no tengan que salir a pedir que se les pague como corresponde para acumular conocimiento en nuestra sociedad.


"...En el costado de este gran supermercado, donde nada sale gratis y es que siempre es a nosotros a los que nos cuesta caro. Parece que nos vamos alejando y que ya nadie se acuerda a dónde vamos, gente nace y crece, trabaja y muere, no encuentro la razón de estar callado. Es la utopía de estos tres o cuatro acordes, despertar a los instintos del letargo, evitar el rebaño buscando la puerta donde la libertad me está esperando..." "La revolución está en las mentes"
(Fragmento de "En la vereda" y "La Patada" - A. Kurz - El Bordo)

"...Quiero saber...qué fue lo de las coimas en el Senado
quiero saber... si los culpables fueron encarcelados...
la educación es el principio de la solución! No dejes que manejen tu vida!
que un pobre, robe a otro pobre, nos pone tan mal...yo quiero encontrar una salida
Y en el futuro ya no quiero ver más chicos que se mueren desnutridos,
Dios mirá para este lado! Tirá una soga que este cristiano se ahoga!
mi vida se fue al carajo, porque estoy desesperado! Desesperado!..."

("Desesperado" [Sposito/De Luna Campos/Maffia/Arjones/Fabio] - Kapanga)

jueves, 4 de octubre de 2007

El precio se paga a diario

A veces pienso que el costo es alto pero después reflexiono, y me arrepiento. La universidad pública me acompaña en mi vida con esas vicisitudes que quisiera dejar atrás. Y no hablo precisamente de aquellas de las cuales soy totalmente responsable. Me refiero a las claras faltas que ya todos conocemos, y en las cuales me considero (quizás) un triste erudito: dejar todo para el último día (salvo que se trate de Historia o de Economía en donde generalmente me emociono un poco); cambiar algunas prioridades por otras; o apegarme al "bueno, llego y me pongo a hacer ejercicios" y terminar con el ejercicio del zapping o excusarme con ejercicios de digitación para el bajo. Esas ya viven con uno y se extinguirán de la misma manera. Solo hay que encontrarle la vuelta e ir superándolas de a una.

Hablo de las otras dificultades. Las dificultades de raíz de nuestro sistema educativo. Nadie podrá cuestionar jamás el nivel académico de la UBA, y yo seré su ferviente defensor de aca a la eternidad; así como de tantas otras de sus virtudes. Pero hay que decir también que la rodean algunos traumas casi insalvables. Y puedo exponer cosas que me ocurren con frecuencia:

1 - 7-9 hs ó 19-23 hs. Cualquiera de las dos franjas con las cuales se identifique el lector. Uno llega en la previa o en la consecuencia de un día laborable por delante o por detrás (según corresponda) y viene el forrazo con título de profesor que no tiene mejor idea que pasar lista. Porque claro, el 75% de asistencia es vital, y si llegás 15 minutos tarde te comés el ausente. Después no hay excusa que valga. La puta madre, cómo se nota cuán alejados están de la realidad en que vivimos. Salgan del Terrabusi Minitorta! Conocen los problemas de transporte y sobrepoblación humana en los éxodos laborales por las tardes porteñas? Saben que muchos estudiantes vienen de lugares del profundo conurbano bonaerense como La Matanza, William Morris, Beccar, o Turdera; y se levantan con el crudo invierno completamente escarchados acompañados de temperaturas irrisorias e infinitas bufandas sólo para llegar a la facultad y que el forro te ponga ausente? De no creer. Yo puedo entender muchas cosas, pero no que se pase lista en esos horarios. Andá a ponerle ausente al que va a las 3 de la tarde y no llega a horario porque se queda viendo a Rial y la discusión de por qué alguna rubia insulsa se fue del programa de Tinelli o de Gran Hermano; en vez de estar rompiéndose el orto como nosotros, que como laburamos somos un boludos bárbaros y parece que nos ven la cara bastante seguido.

2 - Los trabajos prácticos. Un día la profesora dijo, mirando al cielo raso y al ventilador que reclama por un cambio de aspas: "leerán y repasarán de la página 1 a la 250 para el miércoles que viene, y luego darán una clase abierta sobre el tema que compete a dicha lectura". Sra: Ud cree que a nosotros no nos alcanza con ser esclavos del sistema que además pretende que seamos esclavos suyos? Cree que nuestra vida social merece ser relegada porque a usted se le ocurrió de buenas a primeras? Madre de Dios! Si después me hace recursar igual...

3 - Me inscribo y encuentro horarios que, más o menos, son acordes a los pocos tiempos libres que tengo para cursar. Entro ávido a la web el día de asignación, y los copados de alumnos me asignan dos materias en la misma sede al mismo horario. Es joda no?

Son algunos ejemplos válidos de la hipótesis: "Destruir la moral del almuno antes de que llegue al final de la carrera". Pero no lo van a lograr. Me resigno a pagar mi título en cuotas.