miércoles, 13 de febrero de 2008

Martes 22 de enero


Como de costumbre, nos levantamos a desayunar ávidos de tostadas, más sabiendo que era el último día en la Cabaña de Hebe. Mario se levantó también y al ratito se sumó su señora Susy. Incluso había gente recién llegada en plena ceremonia de ingesta. Charlamos un rato más con Mariano hasta que llegó la combi que nos iba a llevar por Lago Aluminé y Villa Pehuenia, circulando por algunos tramos intermedios.
Nos despedimos fervientemente del gran Mariano, de sus desayunos y de Caviahue. Este pueblo nos alojó durante casi 4 días y 3 noches siendo el punto inicial de la aventura y sin duda habiéndose ganado un lugar muy especial dentro mío, así como también toda su gente.
El chofer "acomodó" las mochilas en el fondo de la combi por debajo de los últimos asientos y nos invitó a subir. Verónica era la diminuta guía que nos acompañaría en el trayecto. El transporte mencionado era habitado en su mayoría por sexagenarios que ya estaban cabeceando y desvariando por demás. Nos tuvimos que acomodar en dos asientos traseros que lograban molestarme un poco ya que iba incómodo como búfalo en subte. Para colmo la mujer contigua a mi carecía totalmente de onda y comentarios acertados. Después que repartieron café y medialunas desenfundé mi mp3 cual gaucho pampeano su facón y se acabó la historia. Le di sol hasta la estación de servicio próxima a la localidad de Loncopué (ciudad/pueblo donde reside la mayoría de la gente que trabaja en los complejos termales de Copahue). La estación servía de aprovisionamiento para el resto del día. Aproveché y le pedí gentilmente a Verónica que me dejara ir adelante un rato, porque de lo contario me iban a tener que practicar una cirugía improvisada para extraerme los meniscos de la garganta. Accedió. Dijo que me avisaría en el momento oportuno. La combi siguió hasta el Paso Internacional de Pino Hachado, límite con Chile al oeste de nuestra tierra. El Paso está en una especie de cinturón de Pehuenes, reflejando tranquilidad para el viajante y unas frescas brisas circulantes.
Luego de algunas fotos de rigor, y que me dieran el asiento del acompañante, el chofer retomó la ruta para dirigirse al núcleo mismo de Villa Pehuenia (dudo que en este lugar haya mucha diferencia entre núcleo y periferia, pero bue). En la mitad del camino, la nieve del mismísimo pico del Lanín nos sorprendió gratamente. Es realmente un espectáculo a cielo abierto, aunque estuviéramos bastante lejos en ese momento. Casualmente por estos días los diarios locales titulan que se están por prohibir los ascensos por una de las caras del volcán debido a sus excesivas grietas, acercándose a la cifra de U$S 3 millones de pérdida para la provincia por recaudaciones afines.
Si no fuera por el Lago Aluminé que la acompaña, Pehuenia es una suerte de combo entre las localidades más elitistas del norte del conurbano bonaerense con San Martín de los Andes. Mucho efectivo y poca gente. Exhuberancia. Balcones y ventanales por doquier. Y Mapuches que son acusados de vividores sociales al mejor estilo Plan Trabajar, que no se ven por el pueblo. Al parecer los aborígenes no pagan servicios públicos ni otro tipo de impuestos, además de ser subsidiados con vehículos, máquinas de trabajo y algunas otras cosas. Todo esto llega a mis oídos por "Charly", quien nos lleva a recorrer el Lago de una manera increíble en su embarcación. Aluminé es sencillamente fabuloso. A "Charly" parecen no simpatizarle mucho los Mapuches. Se percibe en su discurso de porteño que se fue de su depto. de Martinez después de venderlo por "apenas" 80 mil verdes y construirse su residencia de más de 220 mts cuadrados cubiertos, su 4x4, su PyME de excursiones lacustres y todas sus propiedades y negocios alquilados en Baires. Definitivamente no le caen bien y se encarga de remarcarlo cada vez que puede. Los compara con los piqueteros y dice que siempre tienen algo que reclamar más allá de las victorias que ya consiguieron. Las conclusiones van por cuenta de cada uno de ustedes. Calculo que "Charly" no sabe mucho de lo que pasaba en la Patagonia aborígen antes de que su camioneta pisara esa tierra.
Almorzamos una tabla de regionales y una diminuta trucha, que teníamos incluido en la excursión, para después partir al Volcán Batea Mahuida y llegar a su cráter con la misma combi. El día nublado no colaboró para disfrutarlo en todo su esplendor. Después dimos una vuelta por el Mirador de las Antenas, desde donde se puede apreciar la unión del Lago Aluminé con el Moquehue. Bajamos y se ve mucho mejor desde un sector llamado "la Angostura", que nada tiene que ver con la Villa que lleva ese nombre. Fue la última parada previa al derecho a shopping en el centro de una cuadra que tiene el pueblo. Aprovechamos para averiguar cómo demonios llegaríamos al Bolsón al otro día. La única opción que buscábamos era la más rápida. Compramos una conexión muy jodida pero que sería eficiente.
Finalmente, la combi y los ancianos se fueron a las seis de la tarde. Comimos algo, bajé el primer cd de fotos y fuimos predispuestos a sentarnos a la orilla del Moquehue a consumir el tiempo. El atardecer propició una charla reflexiva desde todo punto de vista y una tarde de muchas imágenes orales y mentales. Reflexiones puras.
A las 23 salimos rumbo a Neuquén (capital). A las 6 de la matina del miércoles 23 llegamos a la terminal y a las 7 (después que Cairo se perdiera y reencontrara con su gorro) embarcamos hacia Bariloche para estar ahí a las 13. Por último, a las 14 hs tomamos el micro a Bolsón, exhaustos. Son incontables las piruetas y deformidades que hicimos para conciliar el sueño en esos bólidos. Lo logramos temporalmente. Al llegar, y después de ubicarnos en el increíble hostel que es Altos del Sur, empezamos a conocer a la gente. Casualmente, hoy llegó la mayoría de los mortales que vemos dando vuelta, a excepción del pelado y su sra., Camila (vecina del coqueto barrio de Once), Luciano, Natalia Cecilia y Angelica. Los tres o cuatro grupos de recién llegados nos unimos a ellos en un gran círculo de mate, brownie y bebidas frías. No esperaba menos de Bolsón. Así se empieza una estadía con mayúsculas, negrita y subrayado.

lunes, 4 de febrero de 2008

Destino Sur

Sábado 19 de Enero de 2008

7:35 nos embarcamos al vuelo que sin demoras nos trajo a Neuquén. Con mucho sueño por pocas horas dormidas encaramos para la terminal de micros, y sacamos el pasaje a Caviahue ($51), nuestro primer destino, para las 13hs. Recorrimos brevemente el "bajo centro" de la ciudad (N. de R.: Neuquén tiene menos centro que Parque Chas) mientras se nos hacía la hora del transporte y después de caminar unas cuadras, a las 11:30 mientras la ciudad recién comenzaba a desayunar (e incluso la gente a nuestro alrededor), nosotros encarábamos de cerca una grande de muzzarella. Además de sueño teníamos hambre. Al finalizar el mínimo banquete casi rompo una lámpara poniéndome la mochila, mientras con Cairo intentábamos dilucidar si el panadero al que observábamos trabajar tras un cristal al cargar los trastos, hacía medialunas o vigilantes. Después volvimos a la terminal a esperar que se hiciera finalmente el tiempo de viajar. El bondi nos dejó allá casi 30 minutos antes de las 13hs. Los neuquinos se toman muy en serio su terminal de micros. Hay zonas de embarque, exclusivas para pasajeros, y no podés esperarlos en las plataformas. Fue muy gracioso ver a dos señoras en off-side que iban a la puerta y la guardia le gritaba a una como en el Bs. As. Lawn Tennis: "No!"; "Todavía no vaya afuera señora" le dijo a la otra. Al instante, nosotros que estábamos adentro tirados, fuimos inquiridos sobre el servicio que esperábamos e invitados gentilmente a preembarcar por la gritona. Por lo menos nos trató bien. El viaje de 6 hs fue bastante reconfortante.
Caviahue es muy lindo. Yo lo veo muy parecido a El Chaltén. Habrá que ver las excursiones pero el pueblito y su gente me dieron buena vibra. Nos registramos en el Hostel (Hebe's House), y salimos a caminar después de algunas recomendaciones de Mariano (al que describiré después para que me alcance el papel que en este momento es escaso en cantidad y calidad). Salimos en búsqueda de víveres, y de la "Laguna Escondida". La muy pícara se escondió bastante bien ésta vez. Mañana volveremos a por ella. Tipo 23:30 le entramos a unos capelettinis, breve sobremesa y al sobre. Compartíamos la pieza con un flaco de San Martín de los Andes y su tío. El pibe, en teoría, había ido a sacar fotos sólo por el fin de semana, y al otro día ya se volvían. El tío apoyó la cabeza sobre la almohada y sin mediar palabra durmió plácidamente. En las primeras horas de la mañana, si el clima acompaña, nos vamos al volcán Copahue, con buenas expectativas.


Tema del día : Ace of Base - Don't turn Around


Domingo 20 de enero


Exactamente a las 7 AM empezó a sonar el despertador del celular de Cairo, que repetía la hora sin parar. Para colmo es la voz de una gallega, con una suerte de maldición vudú encima, que dice "es hora de levantarse". Silencio cretina! Estoy de fuckin' vacaciones! Dilatamos 30 minutos el arranque y nos cambiamos a toda velocidad para arrancar el día. Después de bajar las escalinatas incas hasta la planta baja, y saludar a Mariano (hoy tampoco el papel es generoso así que lo describiré a posteriori), nos sentamos a la mesa y nos encontramos con un generosísimo desayuno compuesto por café con leche abundante, tostadas, dulce de leche, manteca y un dulce de frambuesa al que Cairo le clavó la retina al instante. Duraría poco allí. Menos mal que teníamos que salir a caminar temprano, porque si no tenían que sacarnos del comedor con la fuerza pública y Gendarmería Nacional (acompañados quizás por algún guardaparque robusto y bien entrenado en aves rapaces).
Subimos a la combi y rumbeamos hacia Copahue, para recorrer tan sólo 20 km de ripio. El trekking partió, luego de recibir una breve introducción y bastones para caminar de parte de Javier (el guía), desde Laguna de las Mellizas hacia el mismísimo cráter del volcán Copahue, que lleva ese nombre en recordatorio de la leyenda que se puede leer en este mismo blog. Realmente el camino no es duro, pero sentimos rápidamente el desnivel al principio, hasta que comenzamos a adaptarnos al terreno y a nuestro propio ritmo respiratorio. No hubo mucho viento, con lo cual las condiciones eran casi ideales y el día bastante despejado. Llegar al cráter fue buenísimo. El viento se presentó de repente y los abrigos salieron a la cancha. Eramos cuatro "jóvenes" (N. de R.: uno de los excursionistas estaba con su chica y se hacia el novio de América, siendo un notable pollerudo a los ojos de cualquier mortal. Lo bautizamos Sandro y le pedimos que cante un tema, pero no accedió) y el resto un contingente de deportistas extremos del PAMI (entre los que se encontraba el Dr. Emmet L. Brown) a quienes les costó el ascenso, pero lo lograron... lograron que tardáramos más tiempo en llegar. Pero bueno, el que quiere celeste... que mezcle azul y blanco. Luego de una media hora en el cráter, o quizás algunos minutos más entre fotos y snacks, comenzamos el descenso, con rumbo hacia Copahue. Así que sin quererlo también conocimos el pueblo y sus marketineras termas, que la verdad, no valen dos mangos e incluso una de ellas huele muy mal (Laguna del Chancho). No es nada del otro mundo y hasta bordea lo desagradable. Mucha gente cree en su poder curativo, y hasta es recomendado por los médicos para muchos tratamientos. No se qué grado de certeza científica hay en todo eso, pero en fin. Si les hace bien...De hecho Caviahue está luchando por la apertura de un paso cercano a Chile para fortalecer el turismo internacional fundamentado principalmente en el hecho de que los hermanos de al lado puedan pasar a las termas con menos viaje, y les den más ganas de venir... Que se yo.
19:30 retornamos a Caviahue. Sin haber almorzado más que un nugaton y algunos caramelos y galletas amistosas; unos violentos sandwiches de francés, salame y queso, hicieron de la tarde el mediodía, y a otra cosa. Nos dimos una vuelta por la agencia local para reservar próximas salidas y retornamos por una ducha reparadora que nos devolviera energía y calmara nuestras quemaduras solares de primer grado por el no uso del protector afín. Cuando nos preparábamos a cerrar la noche con otro sandwich, la bondadosa esposa de Mario debió ver el hambre misma en nuestros rostros, y nos cedió dos porciones de pizza que les habían sobrado, asi que guardamos el fiambre restante para otra ocasión. Ahora sí, a descansar para mañana. Nos espera un suculento plato lleno de tostadas.
Frase del día: "Pónganse protector mañana, y aunque parezca de trolo, alguna crema humectante. Así como me ven yo uso crema anti-frizze para el pelo...(por la montaña)"
(Mariano, filósofo contemporáneo)


Tema del día : Sumo - TV Caliente

Lunes 21 de enero


No teníamos mucha presión por ninguna actividad diurna, asi que dormimos un poco más (lo justo como para no quedar afuera del desayuno). Esta vez hubo recarga de tostadas, clara gentileza de Mariano. Creo que él como buen abogado que es ya había entendido nuestra filosofía desayunista para encarar bien las actividades diarias. De todas formas sospecho que elevó un informe a la administración del hostel para que nos cobren más cara la estadía según el nivel de consumo de tostadas y café con leche.
Mariano es el "recepcionista" (no me gusta asociarlo con ésta palabra, porque le queda mal, pero iría de la mano del anti-frizze) del hostel. El tipo tiene una predisposición de la San Puta, mayúsculas nunca mejor puestas. Como dije, es abogado. Nativo de Baires. Pero mente aparte. Sentí instantánea identificación con su persona y su cabeza. El vago dejó todo este Enero y se vino a laburar, donde ya venía hace 3 años por temas afines al turismo, por gente conocida, sin que entremos en detalle. Hizo reiterados viajes llevando mucha gente los fines de semana en otra época, con una vida a mucho ritmo de micro y poca respiración. Y ahora tiene (o tenía a nuestro regreso) la oportunidad de quedarse enseñando algo de lo que sabe en una escuela local. Ojalá que así sea. Realmente te lo deseo ya que se nota que dejarías cada gota de sudor en esa tarea, que tan bien te quedaría y creo terminaría de redondear el círculo de tu ideal. Espero que sigamos en contacto y verte en Marzo por aca. Creo que nos mintió cuando dijo haber leído la dedicatoria en el libro del hostel y "Casi me hacen lagrimear". Nunca le crea a un abogado, je.
Después del desayuno, tomamos unos minutos de relax y nos dispusimos encontrar la Laguna Escondida. Por lo tanto, una vez adquiridos los víveres para el día, hacia allá fuimos. Encontramos, ahora sí, el inicio del sendero y metimos camino hasta llegar a destino 40 minutos después. Previo a la Laguna, encontramos un zarpado mirador trasero del pueblo, desde el cual se ve todo Caviahue. El mirador frontal está a 2 km del pueblo, pero camino a Copahue. La Laguna es impecable. Sencillamente. Da justo frente al Volcán y tiene incorporado un pequeño oleaje que transmite paz en el contexto mismo. Estuvimos como 40 minutos tirados ahí; dormitando y observando. Volvimos para almorzar y estuvimos charlando un rato con Mariano, que se disponía a castigarse furiosamente en un asado con gente amiga del pueblo. Aca adquirió el título de "jugador distinto" o "different player"; que iría galardonando gente a traves de este viaje.
Teníamos un rato libre hasta las 17hs, ya que había una excursión programada para esa hora, así que hicimos unos 5 km hasta el mirador frontal que comenté más arriba. Lindas fotos desde ahí, lástima que había brisa y el lago no espejaba. Next time. Aca fue donde Leandro Víctor Esteban empezó a sentir la lesión en el talón que lo aquejaría de aquí en adelante.
A la hora señalada nos pasó a buscar Daniel con su 4x4 modelo ochentoso pero fierro al fin. El "paseo" era hasta el Cajón de los Barros, así denominado simplemente porque el Arroyo que lleva ese nombre circula "encajonado" en ese tramo. Se encuentra en territorio Mapuche, ya siendo propiedad privada de ellos, con escritura y todo. Allí también está la Laguna Huelcupén ("de arroyo fangoso"). Cualquier cosa que diga de la Laguna está demás. Me parece que lo mejor que se puede decir son las mismas imágenes, que quedan grabadas en la retina además de estar en una memory stick. Como última parada del camino, conocimos la vivienda de una familia mapuche de la zona, la cual siempre visita Daniel con sus grupos. También estuvimos viendo unas truchas en un río que corría a la par del camino.
La excursión la hicimos con cinco veteranas amigas, muy amistosas con nosotros, y un matrimonio de carcamanes, sobre todo el viejo, que no tenía ni un gramo de sentido común entre toda su materia gris, pero no viene al caso.
A nuestro regreso, pasamos a pagar la excursión y a reservar el viaje a Pehuenia de mañana. Aprovechamos para ver el local de Mariana (staff del hostel) y yo le compré algo de literatura y Cairo un bonito sombrero anti-quemaduras. Mariana nos bautizó "Los King". Eramos una suerte de duo dinámico. Una vez en el albergue, tuvimos la agradable sorpresa de que Mario y su esposa nos invitaron con unos ravioles y un vino que habían comprado para "agasajarnos". Realmente fue un gusto encontrar gente como ellos en un lugar como ese. Después de cenar nos mostró sus fotos del Salto del Agrio (al cual no podríamos ir por falta de tiempo) y algunas más de Bariloche. Acordamos un encuentro en Baires al regreso. Finalizada esa charla, dejé el msje en representación del equipo en el libro de visitas y al rato nos fuimos al sobre. Ya nos empezabamos a despedir de Caviahue.


N. de R.: No nos bañamos. Ni daba.