domingo, 25 de mayo de 2008

Ella las pelotas!

Corría el caluroso y seco mes de Enero en la localidad de El Bolsón. Una noche como cualquier otra el grupo de huéspedes del Altos del Sur se disponía a disputar un atrapante y divertido juego a modo de sobremesa, luego de un agotador día soleado de caminata por la montaña. El entretenimiento elegido en ésta oportunidad fue el siempre bien ponderado "Dígalo con mímica". El equipo A sometía al equipo B a adivinar una película cuyo título comenzaba con un artículo que indica masculinidad (para los desprevenidos: "El"). En los albores del intento de adivinar, la actriz del equipo B señala a sus dirigidos a un tipo barbudo del equipo A (y estoy hablando de una barba tupida cual "Che" Guevara) para facilitarles la incógnita... a lo que un desprevenido miembro de su propio equipo replica: "Ella!". La incontenible indignación del barbudo deviene en título de este relato: "Ella las pelotas!". Risas por doquier.


A partir de ahí se empieza a augurar un proyecto entre el barbudo que nombro y quien suscribe estas líneas. La música inunda la amistad (ya inundada previamente por la música en formato de recital) y se programa una virtual formación instrumental a fin de obtener sonoridad de algún tipo. El verano termina, y con la llegada del otoño se logra asentar un poco más la idea, buscando los miembros que hagan posible el primer y tan ansiado encuentro de la banda que lleva el nombre de aquella réplica a la injuria recibida por el barbudo.


El día de la patria (Domingo 25 de mayo) queda bautizado también como el mismo día en que el grupo suena por primera vez como tal, en el barrio de Sarandí, provincia de Buenos Aires, en una tarde fresca y nublada, al compás de mates y galletitas Surtido.




De izquierda a derecha, Ella las Pelotas son: Darío (bajo/percusión), Pablo (teclados, batería), Leandro (guitarra/armónica) y Eduardo (guitarra/armónica).-

Bonus Track: http://www.youtube.com/watch?v=Hc01GSMfBrM

viernes, 23 de mayo de 2008

Niebla

Camino entre la gente casi perdido. Los hombros ajenos o algún portafolio volador me choca y está a punto de tumbarme en el primer vacilo. Algo de energía retengo para que el viento no se apodere de mi ser y de mi espíritu. Los ojos me rodean y me examinan. Es casi una radiografía perfecta. Hablamos con miradas, sin ser necesario esbozar comentario alguno. Transmitimos desde adentro.
Insisto en apurar el paso, no puedo detenerme. El aire me presiona. Por el momento mantengo la respiración, pero es un ritmo que no puedo sostener. Sería necesario que el clima cambie y renueve este oxígeno que respiro. Este es espeso. Es denso. Me duerme. Me consume. Me lleva.
Navego en éter.

martes, 20 de mayo de 2008

Bolsillos

Empecemos éstas líneas desmitificando. El perro no es el mejor amigo del hombre. Señor/a lector/a, lo han engañado toda su vida. Eso es una simple blasfemia.


En los siguientes carácteres me atrevo a postular tres candidatos completamente contundentes para quedarse con ese rótulo. Mejor dicho, me remitiré a uno sólo, y el resto se los dejo para su imaginación y/o propio albedrío. Yo, tipeador oficial de este blog, confirmo ante el mundo que el mejor amigo del hombre es: el bolsillo.


Sí, y no me tome de loco por lo que digo.


Primer punto a tener en cuenta: En el principio de los tiempos, dónde guardaba el homo habilis los frutos que recolectaba? Las piedras con las que pintaba cosas raras en las rocas?. Nuestros antepasados aborígenes también sirven como ejemplo. Sí acarreaban a sus críos en bolsillos! (un tanto más grandes que los bolsillos que usted y yo conocemos, claro está). Dónde cree usted que guardaba Cristófolo Cacarnú (o Cristóbal Colón sí así lo prefiere) el número de cofre bancario en el que depositaría su fortuna post-regreso de la mal llamada colonización americana?


Para el segundo ítem me remito a la modernidad. A nuestros días. Ayer, hoy o quizás mañana o pasado. Cuando el reloj marca temperatura alta y ud. sale en escasas ropas a la calle, es menester que lleve algún tipo de mochila/cartera/bolsa de arpillera para guardar los objetos que comunmente lleva encima (a saber: celular, billetera, llaves, caramelos/chicles, monedas, mp3, y muchos etc. si ud. es mujer). No hay forma de cargar todo eso encima. Los "bolsillitos" del bermuda no alcanzan. Usted está lamentablemente obligado a guardarlo todo en algún otro lado. Y que no le de calor! Porque ahí será aún más agobiante su situación.


En cambio, el otoño-invierno (qué noche teté!) trae consigo unas brisas que indefectiblemente solicitan a su cerebelo que le ordene sumar algún abrigo módico a su tradicional remera. Y es ahí donde irrumpe el reino de la elección bolsillera por excelencia! Que bueno es disponer de tantos bolsillos que solicitan ser fielmente receptores de una buena distribución de objetos. Uno sale con los brazos libres y los bolsillos completos. Casi perfecto.


Tercer punto de mi exposición: los recitales doña! Fundamental portar buenos bolsillos, y si tienen cierre mejor. Se lo digo por experiencia. La turba iracunda arrasa con todo lo que encuentra a su camino en el éxtasis del pogo, y ud. está expuesto/a a cualquier tipo de ultrajo o pérdida de sus efectos personales, por los cuales obviamente la empresa no se responsabiliza. Claramente el boludo/a es ud. por no poseer bolsillos como lo marca la Constitución Nacional.

Es por todo esto que cuando le quieran volver a mentir con afirmaciones de ésta calaña, ud. debe ser más crítico/a y analizar cada buzón que le quieran vender.


Después de todo, si no tuviéramos una relación tan cercana con él (y hasta íntima le diría), por qué odiamos que nos metan la mano en el bolsillo?

Reflexione.-

sábado, 3 de mayo de 2008

Andar

Estar sentado mirando. Estar en pausa; adornando el silencio con la simple vista y el alrededor. Levitar. Presentir. Lo de siempre que rodea y lo nuevo que se arrima. Bostezar y descansar. Despertar con los ojos y con la mente. Ejercitar el tacto y el contacto. Ver. Escuchar y atender. Entender. Desconfiar. Profundizar. Simular y analizar. Criticar.


En el resto de los días, lo demás. En el principio de la historia, la nada. Recorrer y crear.


Vivir. Alcanzar y captar con el alma. Palpitar.
Sentir el viento en las mejillas. Respirar.
Abstraer y suponer. Solo imaginar.
Contemplar el interior. Mirar.
Derrotar la espera. Actuar.
No olvidar. Memorizar.
...Soñar.