viernes, 23 de mayo de 2008

Niebla

Camino entre la gente casi perdido. Los hombros ajenos o algún portafolio volador me choca y está a punto de tumbarme en el primer vacilo. Algo de energía retengo para que el viento no se apodere de mi ser y de mi espíritu. Los ojos me rodean y me examinan. Es casi una radiografía perfecta. Hablamos con miradas, sin ser necesario esbozar comentario alguno. Transmitimos desde adentro.
Insisto en apurar el paso, no puedo detenerme. El aire me presiona. Por el momento mantengo la respiración, pero es un ritmo que no puedo sostener. Sería necesario que el clima cambie y renueve este oxígeno que respiro. Este es espeso. Es denso. Me duerme. Me consume. Me lleva.
Navego en éter.

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