domingo, 16 de julio de 2006

Buscar y encontrar

Parece mentira, pero hay veces que nada importa. No importa cuantas veces pienses en que una situación se va a dar de una manera, cuando ya sabés el desenlace aunque estudies mentalmente las mil maneras y vericuetos posibles que se te ocurran. Ya sabés la definición, te guste o no. Y te comés la mente, a morir. Y diría que hasta hay un dejo de sufrimiento interior. Eso tampoco importa. Pero lo que si importa son los mandatos. Los mandatos suelen ser infalibles, en tiempo y forma. Si excediste lo pactado, se pudre el rancho. Y ahi agarrate. Por qué no lo podés hacer? Porque en el pasado nunca se hizo, cómo justo a vos se te va a ocurrir superar los plazos? Pero estás enfermo o qué te pasa? "Yo te avisé, y vos no me escuchaste", para decirlo musicalmente hablando. Claro... si el resultado estaba a la vista, puede uno ser tan necio con uno mismo y no darse la chance de ser diferente? De buscar alterar el mapa de caracteres que viene impreso desde la cuna? Se puede ser culpable de elegir diferente? Me parece que los jueces no están preparados para eso. Al menos después de sentenciar casos a su favor, y evitar que salte la banca porque sale el cero.Pero puede pasar. Me atrevería a decir que al menos una vez pasó. Y? Con qué nos quedamos? Nos quedamos con las estructuras y los prototipos, con las reglas y los deberes, con las presiones y los "tenés que". Es necesario? En tiempos de libertades individuales, de vuelos imaginativos, de expresiones no prefabricadas, te encarcelan el alma con barrotes de cristal. Barrotes tan gruesos que ninguna lima podrá quebrar. Esos barrotes que quisieras devorar con tal de correr al horizonte. Y tan solo (segunda referencia musical, pura casualidad) resta pensar. Dejar correr las rutas de la mente hacia el infinito... que lo toquen y vuelvan mil veces. Convencerse de que la verdad absoluta no existe, y sí las distintas acepciones de la misma. Dejar el egoísmo de lado y aceptar las alternativas, aunque no estén en mente, aunque sean desconocidas. Arriesgarse. Arrojarse si también es necesario. Si la llave no está cerca, meter los dedos en la arena hasta tocar el frío cobre que te llena de vida.Supongo que, a pesar de todo, la rigidez y lo que se debe terminan levantando la Copa. Y el resto nada. Nadie se acuerda de los segundos. Está confirmado. Nadie se acuerda de las opciones. De los distintos caminos, errantes o no. Se pierden, se desvanecen, se olvidan...se borran de la memoria. Y vos... vos tragás saliva. Una vez más, y van...Los pulmones te piden aire, la cabeza te pide paz, y el corazón resiste. Los augurios de placer pueden tan sólo ser letras encadenadas, y nada más. Pensabas escapar al sistema? Pensabas volar sin alas? Te equivocaste... pero no por soñador. Por ignorante diría yo. Porque una tijera filosa vale más que mil ideas.Porque ya a ésta altura deberías saber, que nadie puede volar con las alas rotas.

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