sábado, 23 de septiembre de 2006

Días de sol

Los días de sol no son muy largos. Lo mismo pasa con la primavera, el caluroso verano y los fríos días de invierno en los que el astro amarillo nos baña con su luz. Quizás las nubes tengan más poder, o el cielo las respeta más porque representan una amenaza para su celeste y nítida figura. Su gris húmedo siempre está presente en la conciencia del firmamento. De todas formas, el sol no se deja amedrentar fácilmente. Saca valor de vaya a saber uno dónde y extiende sus rayos a través del agua que traen las maléficas nubes cargadas de ira y desenfado. Y es como desahogarte cuando vez que brilla el sol en un oscuro día de julio. Hasta dudás si es verídico lo que tus ojos ven. Parece que no pero te cambia un poco el ánimo, o al menos no el día que vos lo estás esperando; ese día que programaste todo de una forma y termina saliendo todo exactamente al revés. Pero bueno, pasa en las mejores familias, incluso en la tuya. Y también en la mía. Pero ni aunque lo pienses más fuerte vas a poder disfrutar más del brillo del sol. Cuando tenés el esplendor y el reflejo, no tarda en complicarse todo. Siempre hay algo que allana el clima reinante y parece que se avecina la tormenta. Pero no cualquier tormenta, si no más bien uno de esos ciclones tropicales que te revoluciona el ser y el parecer. Y vamos de nuevo. Volvé a ponerle techo a tu vida, devolvele los muebles que se le inundaron y decile al seguro que te pague los daños, si es que son reparables. La reconstrucción es la peor parte, material y psicológicamente hablando. La mayoría de las veces no van de la mano y siempre es la mente la que toma ventaja, pero para seguir hundiéndote y no dejarte levantar. Día a día sigue transmitiéndote esas señales que vos pretendés olvidar, esos aromas que tu nariz olería aunque estuvieras resfriado. La música de la luz no suena igual que el eco del silencio. Si no estás seguro te invito a confirmarlo. Y después comparamos y me decís dónde está la diferencia, si es que sólo encontrás una. De todas formas sos conciente que se puede... sos conciente? Necesitás verlo reflejado, el sol puede surgir desde lo profundo y renacer en tu día, o en tu tarde. Las luces del menguante y la Cruz del Sur quizás te ayuden cuando la noche caiga en tu sillón. Las estrellas no abandonarán el telón de tu escenario hasta que su propia luz brote de tu núcleo. A veces creo que no sos capaz. Sin embargo mi principal contradicción es que nunca dejo de tenerte confianza; y ojalá el tiempo me de la razón. Porque por más nebulosas que giren en el cielo, por más anegado que tengas el camino y por más oscuridad que predomine tus tiempos, aunque no lo veamos, el sol siempre está.-

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