jueves, 7 de septiembre de 2006

Distinto

Sería distinto. Sin dudas sería distinto. Y por muchas razones. La primera y principal, es que no me sentiría así. No estaría sólo, al menos por un rato, o por unos días. Quizás las horas pasarían al ritmo de la vida y no de los lamentos. Sentir un corazón latiendo al lado cambia cualquier tipo de planes y de actividades. La sombra de otro cuerpo dibuja sonrisas en el alma, y regala momentos únicos e irrepetibles. Quién puede negarse a eso? Habría que ser bastante estúpido. Aunque algunos momentos solitarios son extremadamente buenos, en general, el común de la gente prefiere la otra opción. Creo no ser la excepción a la regla. Además, el aroma sería distinto. La vida huele de otra manera. El sonido también cambia. Todo te suena más adentro, como haciendo eco en cada órgano y en cada músculo.
Pero bueno, a veces parece que no depende de uno. Te pasa todo por encima más allá de lo que vos quieras. Las situaciones se tornan unilateralmente injustas, si es que se me permite esa expresión. Y ahi ya no hay vuelta de tuerca, y ninguna otra cosa parecida. Ahi te refugiás en el sonido del silencio... en la mirada perdida...en el reflejo de los recuerdos. Todo comienza a recorrer un camino de ida. Es raro que llegues al final rápido, porque a ésta altura ya no podés correr. Creo que tampoco lo pretendés. Apreciás el paisaje que no para de pasarte por los costados. Y con él la gente. Mucha gente que ya tampoco corre más. Pero ya no corren para vos. Tu historia va anexando personajes y sus nombres sonarán en tus relatos por cinco, seis, o más años posteriores a tu desenlace. La película termina pero los actores viven en vos. El argumento sonará lógico, o al menos tendrá coherencia. No se si el final seguirá el mismo patron. Seguro que no, es lo que pasa habitualmente. Una cosa no tiene nada que ver con la otra y parece que estamos hablando de historias diferentes. Vos viste una cosa y yo vi otra. Pero si estaba a la vista! Dejá... mejor dejalo así. Si estás convencido de eso, disfrutalo mientras puedas. De lo contrario, el final sería distinto. Pero una vez más... no.
El aire también sería distinto. El plomo que se siente en los pulmones cambiaría por un poco de pureza. La pureza que añorás. Cuando el viento te acaricia en vez de rasparte, cuando la mañana se siente en el rostro, y la sinceridad brota por los poros de tu piel. La lluvia no te moja. El barro no te ensucia. Las lágrimas te curan en vez de lastimarte. Llorás porque es la mejor manera de expresarte a favor de algo. Pero eso no te pasa en soledad. Ahí si que el llanto toma otro color. El negro azabache de la depresión, de la angustia. Por eso digo que sería distinto...
Incluso todo lo sentís distinto. Los dedos que se entrelazan son el mejor indicio de cómo podés palpar el cambio. La mano que recorre los brazos, la palma que resiente tu cuello... el recorrido eterno de cada falange. La ida y la vuelta. La piel reacciona inmediatamente y revive al ritmo del vaivén. Te corre el frío, pero es el frío más lleno de calor que podés haber visto. La espalda se dobla al tiempo que el pecho se infla. Contradicciones que nunca habías entendido, responden como naturales. Ahora entendés por qué sería distinto?
Pasa, y no puedo decir que no. Ahora decime que nunca te pasó. Decimelo si querés, pero no te voy a creer. Para qué negarlo? Sería infame. De todas formas supongo que también ésto está preparado, no? Hay alguna forma de que no te toque? Yo pensé varias, pero no fui agraciado. Pensé que con ciertas cosas me evitaba algunas otras. Entonces, o elegí mal, o eso no existe. Igualmente sigo teniendo plena confianza en la idea. Sigo creyendo a toda costa en algunos principios. Por eso, y por mucho más, tengo la completa seguridad, de que con vos al lado, todo sería distinto.

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