miércoles, 9 de agosto de 2006

Invierno 2006 : NOA y más

Una vez más, y ya por quinta vez, el Ruphay me sumó entre sus filas. Por segunda vez consecutiva, y tercera en mi vida, me aventuro al NOA. Una vez más en búsqueda de mi lugar en el mundo. Para los que me conocen creo que ya no hace falta que aclare cuál es, y los demás, se quedan con las ganas. Es bueno que mantengan un poco la intriga. Desde el viernes 28/7 al domingo 6/8; una nueva historia viajera que despertaba de la modorra. Pasó un poco de ésto...

Viernes 28/7

21:30, horario de encuentro en la facultad con rumbo norte. Una nueva vuelta a las bases de la cultura aborígen y las huestes de un mundo que nunca imaginó desembocar en lo que hoy en día conocemos como planeta y sociedad. Nos volveríamos a encontrar con gente desconocida en busca de nuevos lazos y con viejos conocidos que harían más ameno el viaje. A decir verdad, sólo conozco a algunos viajantes (Maxi, Colo y Romina) pero vuelve a viajar Guille (Willy) al mando de la cocina, coordina Andrés, y Graciela y Rafa alegan venir de vacaciones. Se sucede la presentación de las cuarenta y pico de almas arriba del micro, caramelo va, caramelo viene, y así pasan los primeros momentos. No puedo imaginar todas las puteadas internas (más las externas) que me tiró la gallega cuando le otorgué el dulce trofeo. Era necesario.

Primera parada, San Nicolás. Nada de virgen. Algo al estómago, cena mediante, y luego volvemos al bólido para dormir y pasar un poco la noche.

Sábado 29 de Julio

Es el cumpleaños de mi hna. Y yo de gira. Igual de buen tipo que soy le dejé el regalo ayer antes de irme para conformarla y que no sufra mi ausencia (como si la sufriera...). El viaje sigue su curso normal y desayunamos en Santiago. Después de almorzar, y de todos los clásicos entretenimientos a bordo, en los cuales "Los Angeles de Coco" se vieron victoriosos (me pregunto yo por qué la yegua de Vivi se clavó las Magdalenas sola y ni las entregó), arribamos a Salta. Salta, la linda. Es la traducción exacta de su nombre, exacta y literal. Esa fue una de las cosas que no sabía de la provincia de Martín Miguel de Güemes y Ricky Maravilla y aprendí ésta vez. Siempre se suman buenos datos. Nos alojamos tal cual el año pasado en la Secretaría de Deportes de la ciudad, una onda CENARD local. Un poco cansados del viaje, nos acomodamos en las populares habitaciones y nos dispusimos para la cena. Antes de salir de gira, pintó la música (http://www.youtube.com/watch?v=JQqEnieKjKo) y después de cenar, fuimos en búsqueda de peñas por "la Balcarce", una de las calles céntricas y dónde está toda la movida de la noche salteña. Hubo división de grupo, locales llenos y terminamos en el pub "Etc". Muy poco autóctono. Creo que lo único que había de Salta ahi eran borrachos. Yo había estado ahi el año pasado. Es más, casi no me dejan entrar. Finalmente estuvo bueno y por eso me surgió recomendarlo para aventurarnos ahi esa noche. Y no me equivoqué. Fue un éxito. La pasamos realmente bien animando la fiesta salteña. Dijimos que el pelado cumplía años y dale que va. Cinco o seis veces el lugar entero lo ovacionó. Y el elevó sus manos cual Perón en 17 de octubre. Fue la noche de "La banda del Chapulin" (Eu). Finalmente, y luego de resaltar toda la noche, nos llevamos una birra fría antes de irnos. Y a dormir.
Al volver, una de nuestras femeninas integrantes, la cual se había tomado hasta la molestia, estaba un tanto desbocada, y poco más entra a los gritos limpios al polideportivo. Cuando llegamos, el sereno nos mira, y siendo las 4 Am ella le propone un "Buenos díiiiiiiiiiiasssss". Triste escena. Mañana será otro día.

Domingo 30 de Julio

La gris mañana pedía quedarnos tapados hasta cerca del mediodía. Pero la excursión pactada el día anterior indicaba Cachi como destino dominical. Entre el frío, las nubes y un veloz desayuno, salimos en tres combis con un guía por habitáculo, y a subir la cuesta. El sujeto que nos hablaba realmente contó algunas cosas interesantes, localistas, defensoras de lo propio. Igual dijo la misma mentira que todos los salteños, cuando hace referencia a que su provincia es lo mejor del NOA. Error. Retrocede dos casilleros.
De un momento a otro empezamos a atravesar las nubes de abajo hacia arriba, y el día se va despejando. Es una vista privilegiada. El desierto de nubes queda atrás y las fotos son cuadros.

En la ruta nos encontramos con Andre, que ya sola en la región estaba yendo al mismo destino. Grata e inesperada sorpresa. Volveríamos a encontranos en el pueblo, con mini caminata incluída. Volvamos al relato...
Llegamos al pintoresco pueblito luego de un rato de camino y de chistes santiagueños en estéreo. El almuerzo lo tomamos en una suerte de restaurant próximo a la plaza. Ahí clave un cabrito al horno, junto con Lucila, y los demás le entraron a las empanadas, y hubo otros que pidieron pastas y locro. Recorrimos alrededor de 1 hora y media el pequeño grano de montaña, y emprendimos el regreso, por la Ruta del Tin Tin, si no falla mi memoria en la denominación.

Al volver a la ciudad, subimos en Teleférico el Cerro San Bernardo. Yo lo había hecho de día y estaba bueno. De noche también resulto así. Estaba bien fresco. Fue una visita breve pero no por eso menos efectiva. Hubiese estado bueno bajarlo o subirlo caminando a esa hora (me gustaba más la última opción), pero en esa idea estaba más sólo que Hitler el día del amigo. El frío y las ganas de llegar intimidó un poco a la gente.
Por la noche si fuimos en busca de una peña. "La Panadería" nos recibió con los brazos abiertos. Estaban cantando cuatro mujeres, de las cuales la estrella era una gordita de Cerrillos con gran caudal de voz y un poco de carisma para animar a los turistas. La "china" y el gaucho que bailaban adornaban los temas y levantaban al público cuando lloraba la chacarera. Dicha oriental autóctona vino a por mí al piso de arriba y me invitó a bailar. A lo cual por supuesto no me negué. Y tuve que paletearla un poco, y recordar cuando en cuarto y quinto grado bailé Pericón. El gaucho se ortivó y no me tiró ni un centro, pero la china era amigable y seductora, y supo guiarme a través de los minutos. Dio la casualidad que el pelado seguía cumpliendo años. Así, desde mexicanos hasta pampeanos le cantaron el feliz cumpleaños. El pelado también bailó. También el Colo, que tiraba taquito domador, le faltaba el caballo y el payador de Jesús María. Y así transcurrió la última noche en Salta. Al otro día quedaba un mediodía, y nos ibamos al Zapato.

Lunes 31 de Julio

Vamos de City Tour. Saquen las cámaras mis japoneses amigos. Flashes listos que empiezan las iglesias. Hubo muchas quejas y resoplidos por tanto templo católico. Pero al menos a mi me cabe conocer la parte histórica de cada lugar que visitó. Será que disfruto esa materia en general, por eso no me disgusta. El guía iba con megáfono a fondo y nosotros tras él. Eso si me choca un poco. Contemplamos en la Catedral local dos imágenes de Cristo y la Virgen de la Merced, empotradas en el altar específicamente porque se desarrolla una ceremonia particular una vez al año, donde todos los niños de los establecimientos escolares provinciales visitan la Iglesia Madre y veneran las imágenes. Donde no pudimos entrar fue al museo arqueológico, donde dentro de poco exhibirán las momias de ... de ... se me fue el nombre. Georgi se moriá por entrar y su cara empalideció cuando le dijeron que justo los lunes estaba cerrado. Pintaba interesante y nos dejaron con las ganas. También pasamos por una casa histórica que supo ser sede de la presentación de las quinceañeras de familia Patricia (alta elite salteña) de antaño, y ahora es paseo de arte o algo así, algo fashion de la década del '90 o del siglo XXI.

Bueno, vamos para Jujuy, basta de Güemes, Chaqueño Palavecino y Tren de las Nubes. Pero antes, compras de rigor. Degustamos alfajores, compramos yerbas y condimentos, hojas de coca seleccionada. Pero Marce y yo no podíamos quedarnos viendo el bombo que yacía en los estantes y nada más. Optamos por llevar dos, y a otra cosa. Casi los sacamos por 30 pesos, que valían juntos 50. Pero el gordo vigilante que nos lo vendió, alertó al inocente cajero nativo y nos cobró $40. La batucada iba tomando forma. Los bombos se sumaban al bongó, al pandeiro, y que se pudra.

Ruta. Más Ruta. Charlas, música, varieté. Y ahora si, entramos en la provincia que indica el norte en nuestra geografía. Y la primera parada Quebradeña. Primer sitio que no tengo en mi retina. Y la verdad que me gustó. Tumbaya en silencio se rinde a nuestros pies. El viento y el gris del cielo lo convierte en pueblo fantasma. Parece totalmente deshabitado, pero descubro entre las persianas a gente que observa. Gente que no se quiere dar a conocer por conservar lo suyo y mantenerse al margen. Caminamos cuesta arriba hasta el cementerio local, que como todos los de la zona, se ubican en lo más alto de los pueblos, en los cerros, de acuerdo a una creencia de cercanía de las almas con el firmamento, a modo de conexión y descanso de las mismas. Más que interesante desde mi óptica. Dimos unos giros por las manzanas, la iglesia, y tiré unas fotos con un changuito que compraba fruta para su flia, no pasaba los cuatro años, y me preguntó si me quería sacar una foto con él. Acepté gustoso. Y guardo así ese recuerdo. Grato, muy grato. Otra de las charlas que calculo será difícil olvidar en el tiempo.

Esa tarde también paramos a sacar fotos en la ruta, justo frente a Maimará, donde varios chicos te acercan un souvenir con un papel con la dirección de una escuela necesitada de útiles, ropa, y todo lo que seas capaz de enviarles. Las necesidades son grandes, y todo sirve ahí. Recuerdo gente llorando el año pasado en este mismo lugar. Es un poco duro.

Finalmente, Humahuaca nos recibe. En el atardecer, un colla (o coya, también escrito así) nos recibe luego de pelearse con otros amigos en la entrada de la ciudad para ver quien es el que sube al micro a ganarse unos pesos. Nos cuenta de la ciudad, de las actividades (económicas, comerciales y educativas), anécdotas de cuando la selección perdió contra el equipo local 9 a 1 aclimatándose para una Copa, y muchas cosas más. También recita dos poesías (que transcribiré más adelante). Nos hace una recorrida por la plaza y nos comenta algunas costumbres que también serán detalladas luego. Es un breve reconocimiento de nuestro lugar por dos días. También entramos a la Iglesia, y conocimos al reconocido (y permitanme redundar) padre caritativo del lugar, que ha ayudado mucho a la gente y se ha preocupado a través del tiempo porque la región progrese (http://www.clarin.com/diario/98/11/22/e-05301d.htm). Esto que digo no es conclusión mía, si no de un lugareño que nos supo contar algunos detalles e hizo referencia de esa manera al padre que cito.

Dejamos los bolsos en el albergue y caminamos otro rato. También escuchamos a un hombre hablarnos de la vida en Humahuaca. Un tipo que supo ser comisario de la zona, y que se yo cuantas cosas más. Sumé a mis charlas localistas, un purrete que de Jujuy se fue a probar a Estudiantes, y volverá por más en Diciembre. Zurdo enganche, tímido con la voz, pero seguramente desenfadado con el cuero en los pies.

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