miércoles, 26 de diciembre de 2007

Felicidades

Tratando de escapar al modelo natural y tradicional de saludo navideño y/o de próspero Año Nuevo, me propuse tratar de cambiar eso en estas líneas. Es muy difícil, debo reconocerlo, pero no imposible. La navidad y el fin de año trae consigo un tiempo de reflexión y balance de lo acontecido durante (en este caso) el 2007. Ver todo aquello que hicimos y que no, que acertamos o en que nos equivocamos... que intentamos, que vivimos, que sufrimos y que pensamos. Es la época en que la memoria se ejercita como rara vez lo hace durante el resto del año, empezando por aquellos que ya no están a nuestro alrededor, pero que de una manera u otra siempre permanecen, y saludando a todos aquellos que enriquecen nuestros días, todos los días. Miles de saludos y regalos van de mano en mano, privilegiando sentidos materiales sobre espirituales, lo cual no creo sea del todo feliz en última instancia. En busca de esa vuelta de tuerca que mencionaba al principio, sospecho que al levantar la copa, quizás, sería más interesante seguir saludando a nuestro alrededor, seguir recordando en firme y sostenido a los que se han ido; pero en lugar de profundizar el análisis de lo que pasó, proyectar sobre lo que viene; archivando definitivamente aquel viejo "...Todo tiempo pasado fue mejor...", con la intención de confirmar de que lo mejor... está por venir.

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