Primero tiene que sonar la alarma y después la radio, o en su defecto, el tipo del pronóstico.
Lavarse la cara, después los dientes, y después peinarse. Y en ese orden. No ingerir más de dos galletas por desayuno. Ni más de dos medialunas. No beber más de una vez de la misma parte de la taza. Va rotando sobre su eje. A veces no es conveniente pisar las divisoreas de las baldosas. Siempre ventanilla, dificilmente pasillo. Primero el cuerpo principal del diario, después los suplementos. Mirar los cordones, a veces se desatan sin percibirlo. Verificar los cierres de la mochila. Cuánto más frecuente, mejor. En el parcial toma lo que no dio. Nunca falla. Persignarse en el ascensor. Nunca se sabe que hay más allá de ese espejo que te observa. Saludar al portero. Es mejor ser su amigo, pero que nunca sepa más de lo necesario. En el transporte público, monedas grandes. No dilatar el trámite del pasaje. Ud. puede estar en la fila mientras un perfecto imbécil intenta ubicar (una a una) las 16 monedas de 5 centavos en la máquina, que probablemente le rechazará más de la mitad. Ante la duda, cuaderno cuadriculado. El rayado reduce el espacio para crear imágenes en los tiempos en que la mente vuela en plena clase universitaria y/o secundaria. El volumen de la TV... que no supere los 30. No es necesario gritar entre cuatro paredes. El "sleep": en 30. 15' minutos pasan muy rápido y hablar de 45 ya es cometer excesos. El diariero del barrio sabe todas las intersecciones posibles en un radio amplio y nunca fallará en sus indicaciones en formato GPS ("... dale dos por ésta derecho, y cuando llegás a la carnicería...mirá a la izquierda que ahí nomás está la parada..."). Nunca preguntar al kioskero. El tipo no distingue chicles de caramelos masticables. Además el muy cretino nunca tiene monedas. Y si las tiene, no te las va a dar. Es la norma número cuatro del Decálogo Argentino de Kioskeros y Autoservicios. Otra de la TV. Siempre en Stand By. Cuando llegues exhausto y te tires en la cama vas a notar que lo apagaste de lleno y va a ser tarde para levantarse. Nada de primero las papas, y después la hamburguesa. O a la inversa. El combo garpa.
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